La Municipalidad Metropolitana de Lima llevó a cabo la clausura del local Las Cucardas, situado en el jirón Ricardo Treneman 875, Cercado de Lima. Este operativo se efectuó alrededor de las 8.30 a. m., cuando un equipo compuesto por fiscalizadores y serenos, acompañados de efectivos policiales, arribó al lugar, el cual es conocido por sus espectáculos sensuales y servicios de trabajadoras sexuales.
Pese a los esfuerzos por ingresar al establecimiento y las continuas llamadas, los accesos permanecieron cerrados. Esto no impidió que los inspectores procedieran a la clausura del local debido a la ausencia de una licencia de funcionamiento válida. Adicionalmente, se inició un proceso sancionador contra Evelyn Gloria Sotomayor Cárdenas, propietaria del negocio, por no poseer el Certificado de Inspección Técnica de Seguridad en Edificaciones, imponiéndole una multa de S/10.300.
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"Fue al promediar las 8:30 a. m. que el personal, entre fiscalizadores y serenos, llegaron hasta el referido lugar, conocido por ofrecer shows sensuales y servicios con trabajadoras sexuales, para ejecutar la intervención siendo custodiados por efectivos policiales. Sin embargo, el predio permaneció cerrado pese a las llamadas insistentes de los municipales".
Durante la intervención, los fiscalizadores encontraron carteles que indicaban que el local estaba en proceso de refacción y que se estaban implementando medidas de seguridad. Estos avisos son actualmente objeto de investigación, ya que sugieren que el establecimiento podría haber estado operando y atendiendo al público sin cumplir con las condiciones de seguridad adecuadas.
Municipales clausurando Las Cucardas. Foto: MML
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En Las Cucardas, famoso club nocturno de la capital, trabajadoras sexuales ofrecían sus servicios, acompañado de ventas de bebidas alcohólicas. El negocio, bajo la gestión de Antonio Shimabukuro, quien era conocido como 'Toño', se promocionaba a través de reportajes en programas como "Día D" y "Al sexto día". Estos segmentos televisivos mostraban la naturaleza del trabajo.
En este establecimiento, las trabajadoras sexuales alquilaban espacios dentro del local para ofrecer sus servicios. Las Cucardas obtenían ingresos a través de las ventas del bar, la entrada al local y el alquiler de habitaciones, evitando cualquier involucramiento en la remuneración directa de las actividades sexuales de las trabajadoras. Este modelo de negocio se alineaba con la legislación peruana, que, aunque permite el trabajo sexual, prohíbe estrictamente el proxenetismo y la trata de personas.
De acuerdo con un informe de 2017 por DLatitudes, las ganancias para una trabajadora sexual en Las Cucardas podían oscilar entre 900 y 1,200 soles por turno, ya sea de día o de noche. Cada trabajadora atendía en promedio a 15 clientes, y la tarifa básica era de 80 soles por 20 minutos. Es importante destacar que este costo no cubría servicios sin protección ni requerimientos considerados "especiales", los cuales quedaban fuera de los servicios estándar ofrecidos en el establecimiento. Este enfoque buscaba garantizar un ambiente seguro tanto para las clientes como para las trabajadoras.