La Policía Nacional del Perú, en conjunto con el Ministerio Público, realizó un megaoperativo simultáneo en Tumbes y Madre de Dios con el objetivo de desarticular la organización criminal conocida como Los Ruteros del Norte. Se contó con 40 representantes del MP y cerca de 100 efectivos policiales.
La organización se encargaba de facilitar la migración ilegal de ciudadanos africanos y asiáticos hacia Estados Unidos. Los trasladaban a Ecuador por la frontera de Tumbes. En ese momento, la red se encargaba de llevar a los migrantes a Colombia, México y Estados Unidos.
Durante el operativo, los efectivos ingresaron al domicilio y forzaron la puerta debido a la negativa de las personas de cooperar. Esto resultó en la captura de ocho de los presuntos miembros de la red. Sin embargo, se logró incautar información que evidencia la existencia de una estructura que ayudaba a los migrantes durante su travesía hacia el país americano. También se confiscaron celulares, armas de fuego y pasaportes.
Se registraron veintidós propiedades allanadas, y se está investigando a un empleado de una empresa de transportes que estaría implicado en la facilitación de los viajes ilegales.
El reciente hecho demuestra la preocupación por el aumento de las redes de tráfico humano y la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra dicho delito.
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Según el Código Penal, la captación, transporte o entrega de personas en condición irregular conlleva una pena de entre 8 y 15 años de cárcel. En su forma agravada, puede significar hasta 25 años tras las rejas. Pese a ello, existe la posibilidad de que la presunta organización criminal, luego de las investigaciones, enfrente consecuencias legales por los actos cometidos.
Este delito es perpetrado muchas veces por redes delictivas organizadas que aprovechan la oportunidad para obtener cuantiosos beneficios con un bajo nivel de riesgo, considerándolo una actividad mercantil.
Los perfiles de los traficantes son muy variados. En esta actividad intervienen, en todo el mundo, delincuentes profesionales, algunos de ellos especializados en el tráfico ilícito de personas, aunque no todos. Si bien se observan diferencias según las regiones y las rutas de que se trate, hay pruebas de que existen grupos de pequeña escala y también grupos y redes más grandes y organizados que se dedican al tráfico ilícito de migrantes en todo el mundo. También hay muchos traficantes que tienen actividades comerciales legítimas e intervienen en el tráfico ilícito de migrantes como transportistas u hoteleros oportunistas que hacen la vista gorda para ganar algún dinero extra. Es frecuente también que se involucren en el proceso funcionarios corruptos y otras personas que quieren sacar provecho de la situación.
Para algunos grupos delictivos, los migrantes son simplemente un producto más del tráfico ilícito, junto con los estupefacientes y las armas de fuego. Dado que el tráfico de migrantes es un negocio altamente rentable, con un riesgo relativamente bajo de detección, esta actividad criminal es atractiva para los delincuentes.