“A nuestros pisos y puertas de madera no les entra ni una bala”, aseguraba con una amplia sonrisa el propietario y gerente general de la compañía Maexa, Daniel Janco De La Cruz, el 15 de agosto de 2023. Sería su última presentación en la televisión boliviana como exitoso y popular emprendedor en el rubro de la madera. El 3 de enero de este año, el ministro de Gobierno de su país, Eduardo Del Castillo, informó en conferencia de prensa que Daniel Janco era el dueño del cargamento de 8,7 toneladas de cocaína que incautaron las autoridades bolivianas en la frontera con Chile.
Janco solía ser el invitado estrella del programa de televisión “Su empresa”, en la que relataba cómo sus abuelos iniciaron el negocio, muy modestamente, y que él pertenecía a la tercera generación que había logrado exportar sus productos. Era lo que más le enorgullecía.
“Estamos al compás del cambio y estamos creciendo. Hacemos lo que pide el cliente. Nuestras puertas y pisos son eternos. Hacemos pisos entablonados y parquetones. La madera la traemos desde Pando, Beni y Santa Cruz”, relató en “Su empresa”.
Precisamente es de Santa Cruz de donde provino la cocaína que fue camuflada en los pisos de madera que exportaba Daniel Janco, nacido el 11 de abril de 1976, en el municipio de Murillo, en La Paz. De distintas cuencas cocaleras peruanas aledañas a Bolivia parten las avionetas con cargamentos de droga para su procesamiento en Santa Cruz.
“Maderas de exportación con altura”, reza el eslógan que Janco le puso a su empresa, a la que rebautizó recientemente como Maexabol. Tanto las 8,7 de toneladas incautadas por las autoridades bolivianas, como las 7,2 toneladas retenidas por la Sunat y la Dirandro en el puerto Callao, estaban a nombre de Industrial Maexa SRL, la identidad anterior de la compañía de Daniel Janco.
El negocio de la madera lo herederó de su padre, Vicente Janco Tito, quien a su vez lo recibió de su progenitor, en El Alto, colindante a La Paz.
“Maexa es una empresa que nace con mi papá y yo. Nace de mi abuelo. Yo soy tercera generación. Primero fue una barraca, luego una carpintería y ahora es una fábrica de puertas y pisos de madera. Ahora estamos en el rubro de pisos de madera de exportación a Estados Unidos, Europa y China”, relató Daniel Janco en otro programa de “Su empresa”, donde era entrevistado con frecuencia por el periodista Alcides Alarcón.
Incluso “Su empresa” difundió reportajes de los tres locales industriales de Maexa para demostrar los tipos de madera que usaba, las sofisticadas maquinarias con las que trabajaba y los diversos productos que ofrecía, entre ellos los pisos entablonados, que fueron usados para camuflar la cocaína.
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“Para exportar el cliente te pide muchos requisitos, que Maexa cumple, como el certificado sanitario, y viene uno de sus clasificadores, y verifica la calidad de cada piso o puerta. Y Maexa cumple todo. Estamos calificados para exportar. Entre otras maderas usamos garapa, murure, verdolago, almendrillo, tajibo y curapaú”, señaló en otra de las emisiones de “Su empresa”.
Conforme a las autoridades bolivianas, la unidad de inteligencia de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN), “perfilaron”, es decir, identificaron las sospechosas exportaciones de Maexa hacia Amberes, Bélgica, y Ámsterdam, Países Bajos. Mientras Daniel Janco hablaba por televisión de su admirable emprendimiento que había superado las fronteras, las mafias de la cocaína lo habían captado para aprovechar su imagen e infraestructura para despachar droga en cantidades nunca antes vistas.
Daniel Janco de La Cruz es responsable del acondicionamiento de 16 toneladas de cocaína en dos envíos por separado, hasta donde han conseguido saber las fuerzas antidrogas de Bolivia y Perú.
Por la cantidad de cocaína con la que se pretendía inundar Europa, es probable que el boliviano Daniel Janco no sea el dueño de la droga sino uno de los eslabones más importantes.
Los narcotraficantes creyeron que el popular emprendedor que garantiza calidad de sus productos, y seguridad en la entrega de puertas y pisos, no llamaría la atención de las autoridades antinarcóticos. Pero se equivocaron. Sin embargo, todavía no se ha establecido desde cuándo Janco empezó a trabajar para la poderosa organización criminal que financió los embarques de 16 toneladas de cocaína, cuyo valor en Europa podría haber alcanzado los US$1.120 millones.
En los programas de “Su empresa”, Daniel Janco se demuestra como un obsesivo por la calidad de sus productos y de sus exportaciones. De hecho, ha dictado cursos sobre ambos rubros. Por eso, quizás haya sido su idea cómo identificar los lotes de pisos de madera donde estaba camuflada la cocaína. Representaba un trabajo sobrehumano revisar todo el cargamento de madera para saber dónde estaba la droga. Hasta que los agentes se dieron cuenta que en algunos lotes se indicaba que había 1008 piezas. Cuando las contaron, la cantidad no coincidía. En realidad, la cifra era el número de la ley antidrogas boliviana. ¡Ahí estaba la cocaína!