“Vamos a resistir, hay mafias que intentan apoderarse de estos terrenos, como dirigente rechazo rotundamente este tipo de actos, no permitiremos violencia entre hermanos”, fue su advertencia. La alerta fue transmitida por Richard Alexander Peña Pacheco (56) luego de que se intentara vender un lote. Más de un mes después de ese incidente fue asesinado a balazos por cuatro sujetos que ingresaron a su vivienda en San Juan de Lurigancho.
El crimen sucedió la tarde del miércoles después de que asistiera a una reunión en la que se acordó enfrentar a traficantes, de acuerdo a las investigaciones iniciales de la comisaría de Canto Rey.
Peña Pacheco se encontraba en su vivienda ubicada en la Mza. O, lote 7 de la agrupación familiar Los Jardines de Bethania. Agentes de la Brigada Especial Contra el Crimen (Brecc) que llegaron al lugar entrevistaron a diferentes moradores de la zona y dijeron que al promediar las 5.00 de la tarde cuatro sujetos descendieron de un automóvil de color negro.
Afirmaron que todos se encontraban armados e ingresaron a la fuerza a la casa del dirigente. Los testigos dijeron que escucharon varios disparos y que los criminales huyeron despavoridos, amenazando con disparar a quien se interpusiera en el camino.
Apenas escaparon, los vecinos ingresaron a la casa y trasladaron mortalmente herido a la víctima al hospital Aurelio Díaz Ufano, pero “llegó cadáver”.
El medico de turno, Ernesto Barrientos Benavides dijo que falleció por traumatismo múltiple por arma de fuego.
PUEDES VER: Línea 2 del Metro de Lima: ¿es necesaria la tarjeta para viajar gratis este 21 de diciembre?
Peritos en criminalística que llegaron hasta el escenario del crimen encontraron dos proyectiles de arma de fuego. Los investigadores indicaron que el asesinato del dirigente se trataría como consecuencia de la venta de terrenos al que se venía dedicando en la zona, información que, según dijeron, fue brindada por los mismos moradores. La víctima no tenía antecedentes policiales.
Su primo Jorge Ticona lamentó lo sucedido y dijo que su partida deja un hondo pesar en su familia, sobre todo en su esposa, hijos y su madre Gloria Pacheco Vega. “Era un buen padre, un excelente hijo y esposo. A veces no se entiende porque suceden estas cosas”, dijo.
Este es otro crimen más que ocurre en San Juan de Lurigancho donde este año se han cometido más de 90 asesinatos por sicariato. Ni el estado de emergencia frena la ola criminal en ese populoso distrito, el más poblado del país.