Se había cansado de no conseguir alimentos. De la falta de medicamentos, de la hiperinflación, de la creciente violencia. Pero sobre todo de sentir que, aun trabajando duro, no lograba progresar. Esta víctima de trata de personas, captada por la ‘Dinastía Alayón’, relata que vino a Perú por una amiga que le ofreció un empleo honesto y bien pagado. Sin embargo, al llegar le dijeron que “en realidad era para trabajar en un prostíbulo”.
Durante su testimonio ante la Fiscalía, esta testigo protegido narró cómo decidió dejarlo todo en su país y cómo fue reclutada. Pero lo más importante, contó con detalles la ruta que muchas de sus compatriotas emprenden para salir de Venezuela y terminar en un infierno.
Diga ¿qué medio usó para viajar desde su país a Perú?, le pregunta la PNP. “Lo hice por vía terrestre. Me fui al terminal de Valencia y salí en un bus con dirección a San Antonio, en la frontera de Venezuela con Colombia. Allí los ‘trocheros’ nos hicieron pasar, tuve que pagar cerca de un dólar. Me presté un celular y me comuniqué con ‘Levis’ que me dio el número de un muchacho para que lo llame. Cuando me comuniqué, me dijo que estaba en el terminal de Cúcuta (Colombia)”.
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Luego prosigue:
“Me encontré con él, me compró el pasaje y me embarcó en bus a Bogotá. Cuando llegué, me esperaban unos muchachos, me dijeron que mi pasaje ya estaba comprado con destino a Ypiale, que es la frontera de Colombia con Ecuador”.
De allí, cuenta, la embarcaron y salió de ese terminal como a las 3 de la tarde, y llegó a la frontera al día siguiente. “En Ypiale me esperaba un señor de nacionalidad colombiana, me subió a un carro y me ayudó a cruzar la frontera. Cuando llegué a Ecuador, el señor me entregó a unos chicos que estaban en un hospedaje. Ahí pase la noche porque me dijeron que aguardaban a dos chicas más”.
Al día siguiente, continua su testimonio, la embarcaron en un bus hacia Tumbes, junto a dos muchachas, una de ellas viajaba con su bebé y su mamá. “Cuando llegamos a Tumbes, nadie nos esperó, nosotras solas nos fuimos hasta el terminal para embarcarnos a Lima”.
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Después de 24 horas, llegó a Plaza Norte (Lima) a las 3:00 p.m.
“Me presté el teléfono de una de las muchachas que viajó conmigo y llame a ‘Levis’ y me indicó que tome un taxi con dirección a San Juan de Lurigancho. ‘Levis’ le indicó al taxista la dirección y me dijo que me cobraría 50 soles”, recordó.
Amenaza. Las jóvenes captadas viven sometidas. Foto: difusión
En el desarrollo de su testimonio dijo: “Al llegar a mi destino, ‘Levis’ se acercó al taxista y me preguntó por mi nombre. Al confirmar que era yo la chica a quien esperaba, pagó el taxi y me llevó hasta una casa, de tres pisos, pintada de color verde oscuro, de material noble”.
Tras ello, subieron hasta el tercer piso y ‘Levis’ le dijo que pase. Cuando ingresó, había dos chicos más aparte de él. “‘Levis’ sacó un teléfono de segunda mano y me hizo entrega. Como en el ambiente de la sala estaban fumando y notaron que yo estaba incómoda, me dijeron que me vaya al cuarto donde estaban las otras chicas. Ahí vi dos camas y a dos mujeres más, ellas se encontraban en el camarote y la cama que sobraba la iba a ocupar yo”, narra la joven cuya identidad es reservada.
Luego sigue: “‘Levis’ me dijo que el WhatsApp estaba vinculado con su teléfono y que todos los mensajes que yo enviara, le iban a llegar a él. Se sentó a hablarme y me dijo que me iba a ir a una provincia a ‘fichar’, porque mantenía una deuda S/15.000 y tenía que cancelarla”.
No solo eso, la víctima cuenta que además tenía que pagar semanalmente la suma de S/200 por concepto de plaza, que era para los ‘corredores’ que las cuidaban. “Al día siguiente, otro muchacho a quien le decían ‘Conejo’ me llevó a Gamarra y me compró dos vestidos, zapatos y lencerías”.
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Cuenta que en San Juan de Lurigancho estuvo 5 días. “‘Levis’ me dijo que iba a viajar a Chala (Arequipa) con dos chicas. Llegamos a Relave y nos recogió ‘Mauricio’, con quien llegamos a Mollehuaca y nos dejó en el prostíbulo Melita”. Esa fue la puerta del infierno.
La joven, con código de reserva, cuenta que salió de la ciudad venezolana de Valencia y viajó hasta Colombia, Ecuador y Perú donde fue recibida por un tal ‘Levis’ en SJL.