La violencia extrema no cesa en Lima. Dos hombres fueron asesinados a balazos en un lapso de tres horas en distintos hechos criminales ocurridos en los distritos de San Luis y San Juan de Lurigancho, donde se declaró el estado de emergencia el lunes 18 de septiembre.
El primero de los homicidios ocurrió el viernes, al promediar las 6.00 de la tarde. Renato Antonio Quesada Gálvez (24) fue atacado a balazos por sujetos armados que bajaron de tres motocicletas y dijeron ser de la organización criminal Tren de Aragua.
Ocurrió en la esquina del jirón Ollanta y el pasaje Túpac Amaru, frente al local denominado Al Fondo Hay Sitio.
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Le dispararon varios tiros y huyeron. Mortalmente herido, la víctima fue conducida al hospital Dos de Mayo por Jhonatan Jesús Dávila García (40) e Isaac Jeanpier Murillo Avilés (24). El ciudadano venezolano Alexander José Suárez Herrera (24) los condujo en su mototaxi 6709-NA.
Los familiares de Renato Antonio aseguraron que los criminales llegaron en tres motos lineales y que fueron directo a atacarlo. “Dijeron ser del Tren de Aragua, dispararon y se fueron”, manifestó uno de los deudos, quien aseguró desconocer el motivo del homicidio.
Tres horas más tarde, ciudadanos de San Juan de Lurigancho, donde se ha intensificado la lucha contra el crimen, quedaron conmovidos por otro asesinato.
Fabricio Torres Liñan (22) fue hallado sin vida, con impactos de bala, frente a la Mza. V, lote 27, en la asociación de vivienda Compradores de Terrenos de Campoy, San Juan de Lurigancho.
Pese a la declaratoria del estado de emergencia en ese distrito, es evidente que la presencia de la Policía y de las Fuerzas Armadas que se desplazan por algunos puntos no es suficiente para controlar los asesinatos, extorsiones, robos y otros delitos que tienen en jaque a la población y autoridades.
A pesar de los sucesivos crímenes en plena medida de excepción, el ministro del Interior, Vicente Romero, informó hace unos días que “fue acertado declarar el estado de emergencia en ese distrito, pues ha disminuido la violencia, las extorsiones, los homicidios; sin embargo, no podemos ser ciegos ante una realidad”.