Las cámaras de seguridad de una calle aledaña al mercado de Caquetá captaron a una mujer en los exteriores de una tienda mientras esperaba algo. Segundos después, se aprecia que la dueña de la tienda sale y le entrega un sobre con S/5.000 a una fémina, identificada como Wanda Laguaro. Este dinero era el producto de una extorsión a la empresaria limeña.
Agentes terna de la Policía Nacional del Perú (PNP) lograron dar con el paradero de Laguaro y de su pareja —con quien habría estado cometiendo sus fechorías— Francisco Neyra Sánchez. Ambos delincuentes amenazaban a una empresaria, diciéndole que atentarían contra su vida y pertenecían al Tren de Aragua. Ambos malhechores se mostraron sonrientes durante su detención; sin embargo, al momento de ser interrogados se pusieron a llorar negando los cargos en su contra.