Miguel Juyo Hurtado trabajó como vigilante en el colegio Juan Pablo, en el distrito de San Juan de Lurigancho, quien se quedó y apropió de las aulas donde los estudiantes llevaban diferentes cursos. “Este espacio es de 700 metros cuadrados que pertenece a la institución. Hay fotos que se ven que estos tres salones eran talleres. El señor tiene un portón, no sé para qué. Se dice que el señor quiere hacer una cochera para lucrar con el colegio”, señaló una mamá de familia a Latina.
Según los padres de familia, esta área representa un peligro para los estudiantes. En el 2021 un familiar del exvigilante secuestró y mató a un alumno de esta misma institución.