Final esperado. Moisés López Olórtegui (24) fue condenado a la pena de prisión perpetua por asesinar a la misionera italiana Nadia de Munari, quien estaba a cargo de la Casa Hogar Mamma Mia, brindando ayuda social a poblaciones de escasos recursos, en Áncash.
El Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de la Corte Superior de Justicia de la Santa consideró a López culpable del delito de robo agravado con subsecuente muerte. La sentencia podría ser revisada luego de transcurridos 35 años.
Durante el juicio oral, el asesino prefirió mantener silencio cuando se le interrogó respecto a la autoría del crimen que conmocionó a la comunidad religiosa internacional.
Sin embargo, cuando fue capturado por la División de Homicidios de Lima, confesó en forma detallada cómo había cometido su delito.
“La noche del 20 de abril (2021), mientras estaba en mi cama, pensaba cómo podía tener un celular y regalarle otro a mi esposa. En minutos planifiqué el robo en el hogar Mamma Mia”, manifestó.
PUEDES VER: Año Nuevo 2023: ¿funcionarán el Metropolitano, Metro de Lima y corredores este 1 y 2 de enero?
Un día después atacó con un martillo a la misionera italiana. “Yo estudié en el Centro Agropecuario Mato Grosso, en Tangay, y sabía que todos los que viven en una casa de esta organización guardaban sus equipos celulares en el exterior de sus habitaciones”, indicó.
Y agregó: “Para no quedarme dormido, programé el despertador para la 1:00 a.m. (del 21 de abril). Busqué un martillo y una linterna para alumbrarme y los metí en mi mochila. Cuando llegué al lugar, busqué la forma de ingresar. Decidí escalar por una puerta de dos metros y ya estando en el interior de la casa hogar escalé las paredes para llegar a las habitaciones de los pisos superiores”.
“Cuando llegué al segundo piso, me saqué las zapatillas para evitar hacer ruido, vi los equipos celulares en dos repisas, escogí uno que no tenía patrón o contraseña, mientras que los demás se encontraban apagados”, prosiguió.
“Ahí decidí ingresar a una habitación, alumbrándome con la linterna, y encontré un celular sobre un escritorio. Fue en esas circunstancias que escuché el ruido de la cama, al voltear vi la silueta de una persona que empezó a gritar. Se trataba de una mujer”.
En ese momento la atacó con el martillo. El agresor escapó dejando a su víctima mortalmente herida. Ella murió tres días después en una clínica limeña.
La noche del 15 de julio del 2021, los agentes de Homicidios de la Dirincri detuvieron a Moisés López. Tenía dos celulares: uno de Nadia de Munari y otro de la voluntaria Lizbet Ramírez Cruz. En su casa encontraron el martillo con manchas de sangre y otras evidencias como una linterna y la mochila que utilizó el día del crimen.
Ha pasado más de un año y la Policía aún no esclarece el asesinato de Rebekah Dawn, respetada misionera que llegó al Perú hace nueve años con la finalidad de ayudar a las mujeres víctimas de maltrato.
Sus restos fueron hallados en su casa de Playa Arica, en Lurín. Él o los asesinos no forzaron las puertas, por ello presumen que el homicida era de su entorno.
Rebekah decidió dejar Estados Unidos para venir a nuestro país y fundar una ONG de apoyo junto con su esposo.
Si usted ha sido o conoce a alguien que ha sido afectada o involucrada en hechos de violencia familiar o sexual, puede comunicarse de manera gratuita a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, que cuenta con un equipo especializado en “brindar información, orientación y soporte emocional”.
Además, la Línea 100 tiene la facultad de derivar los casos de violencia familiar o sexual más graves a los Centros de Emergencia Mujer o al Servicio de Atención Urgente. Este servicio atiende las 24 horas, todos los días del año (incluye feriados).