Este 28 de diciembre se desarrolló el almuerzo especial de fin de año en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), donde cientos de alumnos formaron largas filas para recibir el menú. Entre todos ellos, el primero en la cola fue Sebastiam Munive (22), un estudiante de la Facultad de Administración que acampó dos días en los exteriores de su centro de estudios y así alcanzó el título de ‘Gusano Legendario’, además de un reconocimiento de manos de la rectora de la Decana de América.
“Me siento muy feliz de toda esta experiencia. Hice cola desde hace dos días gracias a que tenía una carpa. Este logro fue prácticamente de casualidad porque yo había llegado a la universidad para entregar un trabajo y a recoger la carpa que me prestó una amiga y vi que no había nadie en la cola. Entonces aproveché y me puse primero, tan solo minutos después llegaron más personas”, declaró el afortunado estudiante para La República.
Así como Sebastiam Munive, muchos estudiantes esperaron desde la noche anterior en carpas para poder acceder al menú especial. Todos resaltaron el valor sentimental del evento.
“Siempre se critica mucho el almuerzo de San Marcos diciendo que solo es un poco de comida y ya, pero no es eso, es algo tan especial como el examen de admisión. Es un momento de fraternidad que se hace por el fin de ciclo o fiestas y esto nos hace distraernos de todas las responsabilidades universitarias”, comentó el ‘Gusano Legendario’.
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Este año, el almuerzo especial de la UNMSM consistió en medio pollo a la brasa, arroz chaufa, papa sancochada, ensalada de pepinillo y lechuga, yogur con bolitas de chocolate, gaseosa y manzana. Adicionalmente, se entregó mayonesa, ají y ketchup. Además, de desayuno prepararon chocolatada, panetón y una manzana.
El reconocido evento solo está dirigido a los alumnos de San Marcos y para acceder al ticket deben presenten su carnet universitario, de biblioteca o Documento de Identidad (DNI).
Jóvenes de San Marcos se amanecen por conseguir un ticket para el almuerzo especial. Foto: URPI-LR
Alcanzar un ticket para el almuerzo especial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) suele ser visto con extrañeza por muchos externos a la institución. La mayoría no comprende por qué la emoción de un estudiante al ver que logró obtener ese preciado papel térmico con su nombre y el horario que le toca ir a comer. A lo largo de los años, la tradición ha perdurado e, incluso, logró que más jóvenes se animen a luchar por ello como si fuera una vacante.
Este 28 de diciembre, otra vez, San Marcos fue escenario de miles de jóvenes ansiosos por su almuerzo navideño que consistía en 1/2 pollo a la brasa, arroz chaufa, entre otros. Desde dos días antes, varios estudiantes acampaban en los exteriores de la puerta 1 del campus universitario para esperar el horario de entrega de los mencionados tickets. Incluso, un día antes se reportaron largas colas de alumnos que esperaban ser parte de la tradición. Pero, ¿qué impulsa a los sanmarquinos a ir a su almuerzo especial?
“Es un conjunto de emociones únicas (...) es tener una experiencia, una anécdota con tus amigos”, relata Paola F., egresada de San Marcos hace seis años. Ella recuerda los almuerzos especiales como una gran aventura que solo un sanmarquino comprendería: la emoción por conseguir un ticket junto con tus amigos de la universidad en medio del cierre de año.