La Batalla de Ayacucho se conmemora este 9 de diciembre en todo el Perú. Por primera vez, en este 2022, la fecha es considerada como día feriado, por tal razón, desde el 8 hasta el 11 del mes en curso, los trabajadores, estudiantes y ciudadanía en general disfrutarán de un fin de semana largo.
¿Cómo se narra la Batalla de Ayacucho en la literatura peruana? En esta nota te lo contamos.
La batalla del 9 de diciembre de 1824 tuvo lugar en la pampa de la Quinua, en Ayacucho. Es el enfretamiento que selló la verdadera independencia del Perú y del continente americano ante el yugo español.
El ejército patriota liderado por Antonio José de Sucre se enfrentó a las tropas españolas al mando del virrey José de la Serna. Asimismo, participaron indígenas de diferentes provincias del país. La monarquía se encontraba en crisis y su poder se debilitaba, mientras que Simón Bolivar y sus allegados ganaban terreno.
La victoria de los patriotas supuso la salida del Virreinato del Perú y la suscripción de la capitulación de Ayacucho.
La Batalla de Ayacucho recibe una canción de homenaje bajo la autoría de Aldo Legui, música de Óscar Avilés e interpretada por Los Morochucos.
“Se aproxima ya el final. Se aproxima ya el final del ejército real (...) Adelante, armas a discreción, paso de vencedores, paso de vencedores (...) ¡Viva la libertad!, ¡Viva! (...) Batalla de Ayacucho, epopeya de hermandad Sucre, Miller y Gamarra, Bolívar La Mar y Lara, gigantes libertadores, forjadores del Perú que la patria vive aún ese grito de ... ese grito de valor”.
¡Mudo el cañón, del campo fraticida
el suelo en sangre tinto; la bandera
que triunfadora el orbe recorriera,
por española menos abatida!
¡Oh Pizarro! ¡Oh dolor! Si aquí blandida
tu centelleante espada reluciera,
del mundo de Colón señora fuera,
no de mis propios hijos, ¡ay!, vencida.
Así, sobre los Andes, real matrona,
el manto desprendido, adusto el ceño,
con llanto de furor su mal pregona.
Y al ver un mundo en manos de otro dueño,
a la vencida tropa, por desdoro,
lanza en pedazos mil el centro de oro.
En la Pampa de la Quinua,
muy valientes y aguerridos
derrotaron al enemigo
con amor y convicción.
Sucre los motivó
y su amor por el Perú
demostró su calidad
frente a tanta cantidad.
Y para sellar el triunfo
la Capitulación de Ayacucho se firmó
con gran honor,
pues lucharon con tesón.
Monumento a la Batalla de Ayacucho. Foto: El Peruano
En la Pampa de la Quinua,
henchidos de emoción,
y a paso de vencedores
coronaron su constancia
con la victoria mayor.
Con Antonio José de Sucre y con José de Canterac,
5.780 hombres lo fueron con gran verdad,
no importó que sea menos,
no importó la cantidad,
la calidad se impuso y América gritó Libertad.
Este 9 de diciembre se conmemora la Batalla de Ayacucho.