Con información de Vanessa Trebejo-URPI/LR
Este último 26 de noviembre, el suboficial Juan Carlos Palomino Pareja terminó siendo asesinado por su propio familiar en la urbanización Santa Elizabeth, en San Juan de Lurigancho. De acuerdo a información recopilada por La República, él acudió a una reunión familiar para recoger a su esposa.
Alrededor de las 7.00 p. m., todos sus seres queridos brindaban y bailaban, sin imaginar lo que sucedería. “Mi esposo llegó a la reunión familiar, ni siquiera tomó. Estaba regresando de su base de emergencia porque quedaba cerca. Era una persona muy pacífica”, comentó la esposa de la víctima.
Los testigos mencionaron que el agresor se encontraba en estado de ebriedad cuando inició una discusión con el efectivo. Así, lo apuñaló con un arma blanca.
“Ellos son primos hermanos, pero prácticamente ha criado a mi esposo como su hijo. Era casi como un padre para él”, comentó el cuñado del occiso. El suboficial intentó ser reanimado, pero los esfuerzos fueron en vano y murió.
“Queremos justicia, nadie va a devolver su vida. Deja dos hijas. Era el sustento de mi hogar, era todo en mi casa”, narró su esposa.
Rocío, esposa del difunto, fue testigo del preciso momento en el que mataron a su esposo. Por ello, pide ayuda psicológica y judicial, puesto que teme que dejen en libertad al asesino.
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“Todo el peso de la ley, queremos justicia, que no dejen libre a Guillermo y que esto no quede impune. Mi esposo tanto se cuidaba de la delincuencia que hay en la calle, pero su propio hermano le viene a quitar la vida, no es justo”, finalizó.