Según el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), el 69,5% de los suicidios ocurridos en el Perú entre el 2017 al 2021 fueron de hombres. Esta cifra demuestra un gran número de casos de asuntos de salud mental que no llegan a ser resueltos o atendidos a tiempo, por lo que cabría preguntarse si a los varones, al menos en nuestro país, les cuesta pedir ayuda cuando están pasando por un momento difícil en sus vidas.
De acuerdo al módulo de atención integral en salud mental, elaborado por el Ministerio de Salud (Minsa) en el 2005, si bien los varones en el Perú suelen presentar menos probabilidad de sufrir depresión, pueden experimentar más dificultad en admitir que tienen esta enfermedad. De esta manera, se llegan a cubrir los síntomas o simplemente negarlos, lo que hace más difícil tener un diagnóstico oportuno.
En el informe se evidencia también que este tipo de dolencia psicológica suele ser enmascarada por el abuso de alcohol y drogas, además de manifestarse a través de la ira, el desaliento y la irritabilidad en vez de sentimientos como el desamparo o la desesperanza.
“Por lo mismo, la depresión puede ser más difícil de reconocer, situación que se agrava en el varón porque, aun cuando se dé cuenta de que está afectado, suele buscar menos ayuda que la mujer”, precisa el texto.
psicología hombres. Foto: www.psicoactiva.com
Para Robinson Jiménez, terapeuta y coach existencial, la sociedad le ha inculcado a los hombres que deben soportar todas sus preocupaciones, ya que tan solo una muestra de emoción los estaría acercando a su ‘lado femenino’, lo cual es erróneamente visto como algo malo.
“Las mujeres muchas veces manejan mejor sus emociones que nosotros, a quienes se nos ha impuesto esta presión por ser proveedores y protectores. Se preocupan no solo por el lado económico de la familia, sino también dar una imagen de jefe. Incluso, sus madres buscan que su hijo sea un macho”, enfatizó.
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Por su parte, Omayra Chauca, psicóloga feminista especialista en acompañamiento en casos de violencia de mujeres y diversidades, recordó que en nuestra sociedad se suele pensar que pedir ayuda “te hace menos hombre”.
“Creo que es importante dar una oportunidad a las nuevas generaciones de que sean más libres. La idea es que los suicidios ya no vayan en aumento, que sean totalmente prevenibles, pero si seguimos teniendo familias en las cuales se sigue repitiendo esa forma de educar a los hombres, como totalmente lejanos a su cuerpo y a sus emociones, vamos a seguir teniendo estas estadísticas o estándares”, argumentó.
La especialista mencionó, además, que pocas veces se relaciona a la aplicación de la Educación Sexual Integral (ESI), por parte del Estado, como una forma de prevención de la violencia.
“La ESI puede ayudar a construir una masculinidad más igualitaria. Esto recae en los niños y adolescentes porque les da la oportunidad de hablar de lo que sienten, ya que años atrás era normal que un hombre no hable de muchos temas, como su sexualidad. Si no se conversa sobre eso en las casas, por lo menos que sea en las escuelas para que los chicos no tengan que buscar esa información a otros lugares, como las redes sociales”, explicó.