La falta y el alto precio de los fertilizantes han comenzado a perjudicar la agricultura familiar y de agroexportación que se desarrolla en el distrito de Moro y en valle Nepeña, en la región Áncash. El Servicio para el Desarrollo Integral Rural (Sedir) advierte graves pérdidas en la campaña agrícola del 2023 debido a los problemas que están afrontando los hombres de campo.
Mediante una nota informativa, el director del Sedir, Juan Cerna Espinoza, explicó que la cosecha del próximo año se vería marcada por la considerable disminución de la calidad y cantidad de los productos. En Moro y Nepeña, en un espacio aproximado de 3.000 hectáreas, los campesinos han sembrado palta y mango.
“Los cultivos frutícolas, con un sistema de manejo adecuado, deben tener una fertilización en tres etapas por campaña y ya pasaron dos (sin realizarse). Eso afecta la calidad y economía porque al tener frutos más pequeños y con defectos se consideran ‘descarte’. Su precio es menor al 25% de lo que costaría un producto en óptimas condiciones”, detalló Cerna Espinoza.
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Según precisa el Sedir, la campaña agrícola pasada fue “decepcionante” para los productores de Áncash por la caída de los precios. En esa línea, temen que en la cosecha de 2023 se repita una situación similar. Además, el alto costo de los insumos de fertilización y aplicación ha generado que los productores no utilicen algunos servicios como fumigación, lavado y podas.
Sedir
Cerna Espinoza enfatizó que este complicado escenario de poca producción de cultivos afectaría la seguridad alimentaria nacional, ya que los insumos tendrían precios altos para el consumidor final en los mercados de abasto.
“Los agricultores están invirtiendo lo que pueden. Habrá falta de alimentos y eso se notará en los siguientes meses”, finalizó.