El último martes 12 de julio, las rondas campesinas liberaron a las siete mujeres y un hombre tras tenerlos retenidos por varios días. Tras ello, una de las ciudadanas que estuvo cautiva tuvo que ser trasladada al área de emergencias del hospital Belén de Trujillo.
Su familia viajo más de 16 horas desde el distrito de Chillia hasta Trujillo para que pueda ser atendida. La mujer, de 60 años, presentaba varios golpes que fueron causados por los ronderos. Según el informe médico, su diagnóstico fueron heridas policontusas a causa de las agresiones.
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Sus hijos indicaron que la víctima se encuentra estable; sin embargo, ella no podrá volver al poblado ante la amenaza de los ronderos. Incluso, mencionaron que temen posibles represalias.
Walter Calla, jefe región policial de La Libertad, indicó a Canal N que los acusados cometieron el delito de secuestro en contra de las mujeres.
“(Solicitamos al) Ministerio Público que se abra una carpeta fiscal para que se investigue a los autores materiales intelectuales. Porque esto es un delito de secuestro. Cada uno deberá ser individualizado”, señaló.
Por otra parte, hasta la fecha, dos de las ocho familias han denunciado la agresión cometida por los ronderos, por lo que ya se viene investigando el hecho ocurrido en La Libertad.
El presidente de rondas campesinas, Pablo Haro, indicó que deberá caer todo el peso de la ley contra los implicados.
“Lo hemos condenado en todos sus extremos. Eso es algo irremediable para nosotros. No tiene perdón. Eso no es una práctica campesina, no tiene nada que ver con la justicia comunal. Todos los procedimientos de las rondas tienen métodos que la misma ley y el estatuto los faculta. Los castigos físicos y la cadena ronderil, esas cosas, si se practican, no tienen ningún problema. Pero en este caso, lo que han aplicado nada tiene que ver con métodos que se aplican en las rondas”, dijo en una entrevista con La República.