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Sociedad

El ingenio de las ollas comunes para sobrevivir: mujeres implementan biohuerto y cosechan alimentos

Gracias a esta idea, logran dar alimento a más de 200 personas del asentamiento humano José Carlos Mariátegui, en SJL.

Gracias a esta idea del biohuerto, la olla común ganó premio de 1.500 soles. Foto: captura Latina

En una de las zonas más altas y más áridas del asentamiento humano José Carlos Mariátegui, en San Juan de Lurigancho, un grupo de mujeres se han unido desde hace unos años para formar la olla común Jehová Jireh. Pero no solo ello, sino que para ser autosustentables también decidieron tener un biohuerto.

De este modo, plantan y cosechan algunos alimentos. Así, ahorrarían dinero que pueden gastar en carnes o pescados.

Según muestra el informe de Latina, en el biohuerto hay tomates, espinacas, acelgas, entre otras verduras y frutas.

Por ejemplo, se observa el momento en el que ponen una espinaca en el biohuerto. “Aquí tenemos para trasplantar una espinaca. Hacemos un hoyito para trasplantar la espinaca, agregamos agüita, y luego, suavemente, la vamos a sembrar”, detalla Victoria, una de las encargadas de la olla común.

En un espacio acondicionado, detrás de donde preparan los alimentos, está el huerto. En total son 14 mujeres las que están a cargo de todo el proyecto. Ellas dirigen y se encargan de todas las gestiones de la olla común y del biohuerto.

Entre todo este trabajo exhausto nunca faltan las sonrisas y las bromas, como cuando cortan las hojas de espinaca.

“Con cuchillito lo corto, hoja por hoja cuando están así grandecitos. Ya hemos cortado varias veces, aunque ahorita falta poquito porque todavía están flaquitos igual que yo”, ríe.

Añade que ya han cosechado el tomate, pero que esta planta solo tiene una vida.

Esta zona tiene un acceso bastante complejo, pues se tienen que subir más de 100 escalones para llegar al lugar.

Mujeres de la olla común ganaron un premio por iniciativa de biohuerto

El esfuerzo de las mujeres que conforman la olla común Jehová Jireh fue reconocido, pues ganaron un premio de 1.500 soles que fue dado en útiles de jardinería, tachos de agua para poder regar los huertos, tierra, rastrillos, palas, maderas y las composteras.

Estas últimas fueron de gran ayuda, pues antes no realizaban su propio compost.

“Estábamos botándolo a la basura, llevando lo que es la cáscara de las papas que pelábamos por cantidad, y entonces surge la idea de formar biohuertos”, recuerdan.

Destacan que con su esfuerzo pueden ayudar a más de 200 vecinos con su alimentación diaria. “Hacemos una sopita, a veces una tortilla, echamos al garbanzo, hacemos un poco de todo, nos ingeniamos con lo que tenemos”, sostienen.