La infectóloga del Instituto Nacional de Salud (INS), Lely Solari, advirtió que es necesario que los mayores de 50 años tengan una dosis de refuerzo de la vacuna contra la COVID-19 para estar protegidos ante una posible cuarta ola, tomando en cuenta la aparición de nuevos sublinajes de la variante ómicron y al comprobarse que la efectividad de la vacuna va disminuyendo a los 6 meses de aplicada.
La experta señaló que desde octubre del año pasado se observó que la efectividad de las dos dosis de la vacuna contra la COVID-19 comenzó a disminuir y por eso se optó por una tercera dosis, para recuperar la efectividad de 70 a 89% y prevenir la mortalidad durante la tercera ola por ómicron.
“Durante la ola ómicron fue muy importante la tercera dosis, pero se ha colocado la tercera vacuna hace 5 o 6 meses... y ahora estamos viendo lamentablemente que están surgiendo nuevas variantes”, indicó.
Hay tres sublinajes de ómicron que preocupa al INS: la BA.4 y la BA.5 de Sudáfrica y una que viene de Nueva York, la BA2.12.1, que han causado el aumento de casos en esos lugares.
Por ello consideró que “habiendo trascurrido 6 meses desde que los mayores se vacunaron, es pertinente poner una dosis de refuerzo para estar adecuadamente protegidos ante una nueva ola”.
El Gobierno autorizó el 6 de mayo la aplicación de la cuarta dosis en los mayores de 50 años cuando antes era a partir de los 70, y solo para personal de salud y personas inmunodeprimidas.
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Las vacunas de la cuarta dosis son de los laboratorios Moderna o Pfizer. “Ambas son seguras y de alta calidad”, refirió la directora de Inmunizaciones del Minsa, María Martínez.
En tanto, el director ejecutivo de Vigilancia en Salud Pública (CDC), César Munayco, explicó que hay regiones rezagadas en vacunación con la tercera dosis como Ayacucho, Madre de Dios, Puno, Huánuco y tienen que mejorar.
“Lo importante es recordar que la pandemia no ha terminado, todavía pueden aparecer nuevas variantes. Por eso es importante avanzar la vacunación y llegar al 80% en todos los grupos de edad con tercera dosis y con la segunda dosis en niños”.
Uno de los motivos por el cual la población continúa utilizando mascarilla pese a que su uso en espacios abiertos es voluntario se debe al temor de contagio por COVID-19. Foto: Gerardo Marín/La República
Por otro lado, apuntó que se ha elevado el número de muertes por dengue en comparación de otros años; esta vez van 52 y hay un aumento de casos a nivel nacional, principalmente en regiones como Piura, Loreto, Ica, Huánuco, Ucayali. También en Madre de Dios.
Por eso, dijo, es necesario reconocer los síntomas y acudir al centro de salud más cercano. Entre los signos de alarma están dolor abdominal, sangrado, dolores musculares, dolor retroocular, erupciones en la piel.
Y ante la alarma del nuevo brote de hepatitis b que ha surgido en niños en varios países, dijo que en el Perú no se tiene casos reportados, pero en Argentina ya se ha detectado. “Aun no sabemos las causas que ha generado este brote”.
Los que padecen de hepatitis b presentan una coloración amarilla en la piel. También diarrea, vómitos, dolor abdominal.
Para la aplicación de la dosis de refuerzo es necesario que hayan transcurrido 5 meses desde la tercera vacuna; de lo contrario, no procederá, aclaró la jefa de Inmunizaciones del Minsa, María Elena Martínez.
Dijo que todos aquellos que terminaron de colocarse la vacuna (tercera dosis) en diciembre último deben ir por la cuarta en los siguientes días. “Estamos estimando que son en promedio un millón 200 mil personas que deberían aplicarse la cuarta dosis”.