Las mascotas son consideradas como un miembro más de muchas familias peruanas, por lo que tener su compañía se ha convertido en una necesidad para quienes se consideran pet lovers.
Esto se vio reflejado, sobre todo, durante la época de pandemia, pues el Ministerio de Salud detalló que las mascotas ayudaron a sus dueños y otros miembros de la familia a sobrellevar el confinamiento, ya que jugar con ellas, acariciarlas, pasearlas u observarlas aumentan las hormonas de bienestar y disminuyen las del estrés, como la adrenalina. Además, las clases y el trabajo remoto permiten permanecer más tiempo con los animales del hogar.
Ante este escenario, cada vez más establecimientos públicos acondicionan sus espacios para hacerlos accesibles a la visita de animales y les brindan una grata experiencia. Es necesario contemplar parámetros básicos para facilitar la convivencia de animales domésticos de diferentes especies y sus dueños en estos espacios.
Las mascotas deben tener naturaleza pacífica, también deberán portar elementos de seguridad, como arnés, pechera, collar con identificación. Además, los pequeños deben estar en óptimas condiciones de salud para evitar la transmisión de enfermedades a otras mascotas o a personas, según manifestó a La República el instructor canino Humberto Campaña.
“Los establecimientos comerciales quieren llegar al consumidor que tiene una mascota en su hogar; saben que es parte de su familia, también que según estadísticas en el 59% de hogares en el Perú tienen una mascota”, señaló.
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De acuerdo con el especialista en psicología y etología canina, los espacios públicos que reciben a sus clientes con mascotas deben considerar un área donde los canes puedan hacer sus necesidades fisiológicas, tachos de basura para las heces, dispensador de agua y platos de comida, sobre todo una pista de Agility para que los canes se diviertan con sus dueños.
Campaña explica que solo es necesaria una obediencia básica para que un can pueda ingresar a un establecimiento pet friendly. Debe caminar junto al dueño, sentarse, echarse, acudir al llamado; la buena socialización con otros animales y personas también es importante.
El experto en temas de mascotas resalta que las razas de perros grandes no significan un peligro para la comunidad. “El peligro es cuando el can de cualquier tamaño pequeño, mediano o grande demuestran la conducta de agresividad hacia personas y canes”, aclaró.
El entrenamiento debe empezar con la socialización del cachorro. “Socialización intraespecífica con su misma especie canina y socialización interespecífica con personas y otras mascotas. Después se empieza con la educación basada en la psicología conductista para un buen comportamiento en la comunidad”, indicó Campaña.
El etólogo recomienda brindar una ración de alimento a la mascota antes de salir del hogar, llevarlo al parque para que descargue su energía acumulada en casa, además de hacer sus necesidades.
“La conducción con dirección al establecimiento comercial debe ser con un collar de nylon o cuero con identificación del can; asimismo, deben llevar bolsitas para recoger sus heces y botella con agua”, añadió.