Un nuevo crimen con rastros mafiosos ha vuelto a impactar a los limeños este domingo 31 de octubre, día en que un hombre joven fue hallado sin vida, tendido en una avenida de San Martín de Porres. A juzgar por la escena, a simple vista parecía un accidente de tránsito pero luego se descubrió que se trataba de un asesinato.
El hombre fue llevado en un vehículo, maniatado y amordazado, hasta el cruce de las avenidas Naranjal y Las Viñas, en la urbanización Las Praderas. A las 2.30 de la madrugada los vecinos fueron alertados por sucesivos disparos.
Según peritos en criminalística, fue victimado de doce tiros. Si bien el caso aún está siendo investigado por la División de Homicidios, todavía no hay una versión clara de los hechos.
A causa de la confusa escena del crimen, podría tratarse de un ajuste de cuentas con tintes mafiosos.
El caso es similar al asesinato de Patrick Zapata Coletti, el amigo de Gerald Oropeza, quien fue asesinado en el 2015 y que conmocionó a los limeños.
Esta última víctima aún no ha sido identificada y podría tratarse de un extranjero. “Se ha tratado de sacar sus huellas dactilares a través de los registros de la Reniec pero no sale su identidad”, dijo uno de los peritos.
Los asesinatos por sicariato no cesan en Lima. En la víspera, dos sujetos irrumpieron en un taller en San Juan de Lurigancho y asesinaron al dueño del negocio y a un trabajador que se encontraba en plena labor.
Ocurrió en el taller automotriz ‘Carlos’, ubicado en la avenida Polonia, Mza F, lote 46, en la urbanización Los Pinos. Las víctimas fueron identificadas como Carlos Mancco Atausupa (57) y Roberto Saca Ari (50).
Testigos revelaron a la Policía que los sicarios salieron caminando del establecimiento, cruzaron un pasaje y huyeron en dos motos con sus cómplices.
Desde el 2019 hasta mayo de este año se han cometido más de 500 asesinatos por encargo, solo en Lima y Callao.