Cargando...
Sociedad

El carnet de vacunación Covid como un requisito

En debate. Frente a la resistencia a vacunarse contra el virus, diferentes gobiernos implementan medidas para que el carnet de inmunización sea un salvoconducto laboral o para ingresar a espacios públicos.

larepublica.pe
En debate. Frente a la resistencia a vacunarse contra el virus, diferentes gobiernos implementan medidas para que el carnet de inmunización sea un salvoconducto laboral o para ingresar a espacios públicos.

En una jornada de vacunación dominical en el estadio de la Unsa de Arequipa, “Rosa”, trabajadora de limpieza de EsSalud recibe con amabilidad a quienes se acercan a inmunizar contra la COVID-19. Su actitud les da confianza para ingresar al vacunatorio. Pero de forma contradictoria, ella revela que decidió no vacunarse, por temores -infundados- a posibles efectos. Como personal sanitario, Rosa estaba priorizada para recibir las dosis, aunque no está obligada. Sin embargo, en otros países la inmunización ya es requisito para trabajar o acceder a espacios públicos.

Por ejemplo, en Francia está vigente el requisito de vacunación contra la COVID-19 en su personal de salud, así como los pases sanitarios para ingresar a lugares de recreación y cultura. En el pequeño estado de Ciudad del Vaticano, la vacunación es obligatoria para todos los trabajadores y residentes. O en Brasil, la ciudad de Río de Janeiro exigirá el carnet de inmunización para entrar a espacios públicos.

En Perú, el ministro de Salud Hernando Cevallos mencionó que se evalúa un pase verde para entrar a determinados espacios, como los partidos de la selección de fútbol. Aplicaría para aquellos grupos que accedieron a las dosis de inmunización. Varios médicos apoyan la medida para cerrar las brechas en la población. Por ejemplo, a nivel país, el bloque de 60 a 69 años, tienen una cobertura completa (dos dosis) de 73%, mientras que entre 50 a 59 años, es de 62%. Para ambos grupos etarios, hubo varias jornadas de vacunación, pero persisten las resistencias.

Argumentos y dilemas

El inmunólogo Juan More Bayona, señala que la medida puede ser un incentivo, en beneficio de la salud pública. “Poner restricciones puede ser una estrategia para convencer a la gente. Es una estrategia válida”, dice el especialista. Aclara que las personas seguirán teniendo la libertad de vacunarse o no, pero sabiendo sus implicancias.

En el mismo sentido, refiere que la inmunización podría ser un requerimiento para determinados trabajos, como el sanitario. “Tampoco estarías obligando, si no poniendo un requisito para acceder al centro laboral”. Si bien la mayoría de médicos recibió los biológicos contra la COVID-19, hay un grupo que no lo hizo. Hasta junio, según el Colegio Médico, un 9% de galenos del país no se aplicó las dosis de Sinopharm.

El médico de Emergencia del hospital Honorio Delgado, Mijail Villar, apoya establecer la vacunación contra el coronavirus como requisito laboral en salud. Recordó que ya existen otras dosis obligatorias para los sanitarios, como contra la hepatitis B o la difteria.

Otro sector que podría regirse por esta medida son los maestros. Los dirigentes magisteriales han pedido la inmunización como condición para retomar las clases presenciales. Sin embargo, no se ha discutido sobre los profesores que deciden no vacunarse. La exsecretaria provincial del Sutep de Arequipa, Amalia Palomino, considera que el carnet de inmunización, sí podría ser un requerimiento para trabajar. “No le podemos decir a un niño que se vacune si uno no lo ha hecho. La mejor educación se da desde la práctica. No habría problema en que sea un requisito”.

Sin embargo, la vacunación como una valla, también trae el dilema ético, entre la libertad individual y el bienestar general. El director del laboratorio de Biología Molecular de la Unsa, Jorge Ballón, señala que se necesitaría un debate previo. “Por una regla de bioética, no puedes obligar a una persona a hacer algo que no quiere. Pero quien no se vacuna, también pone en riesgo a su entorno”.

Impulsar incentivos por vacunarse

Jorge Ballón opina que antes de instaurar los pases sanitarios, debe reforzarse la comunicación de los beneficios de la inmunización. Otros abogan por relacionarla con incentivos cotidianos o económicos. Por ejemplo, en la Municipalidad de El Alto en Bolivia, el certificado de vacunación es un requisito para acceder a descuentos tributarios. El aliciente también puede llegar desde el sector privado. En el centro comercial Don Ramón, por las fiestas de Arequipa, una veintena de negocios ofrecieron promociones a los clientes que mostraron su carnet de vacunación.

El presidente de la galería, René Ylla, explicó que se trató de una estrategia sanitaria y comercial. Más inmunizados, les permitirán laborar con normalidad. “Queremos incentivar a que la gente se vacune. Lo que no queremos es más restricciones o toques de queda. Queremos trabajar todo el día”.