En dos ocasiones pudo zafarse de las manos de las fuerzas del orden, pero esta vez no consiguió escapar del inexorable encuentro con la muerte. En un panfleto que circula en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, el cabecilla Víctor Quispe Palomino, camarada José, admitió el fallecimiento de su hermano mayor, Jorge Quispe Palomino, camarada Raúl, el segundo de la organización narcoterrorista Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP).
Una antigua afección renal que lo agobiada desde menor de edad acabó con Raúl, nacido el 2 de noviembre de 1958, en la comunidad de Umaru, distrito de Vischongo, en la actual provincia de Vilcashuamán, Ayacucho. Jorge Quispe Palomino fue detenido por primera vez en 1982, pero fugó de la comisaría de Huamanga con ayuda exterior.
Al relatar que varios miembros de su familia han perdido la vida desde que en 1980 participaron en el inicio de la lucha armada dirigida por Abimael Guzmán, José aceptó, amargamente, que es el último de los hermanos que queda en el frente.
Dinastía. Marco Antonio Quispe Palomino, muerto en 2013. Víctor Quispe Palomino. Foto: composición La República/difusión
En efecto, el 12 de agosto del 2013, un equipo especial de inteligencia emboscó en una vivienda a Marco Antonio Quispe Palomino, camarada Gabriel, y a Alejandro Borda Casafranca, camarada Alipio, dos feroces lugartenientes militares de José.
El líder del MPCP sabe que el fin está cerca, no solo debido a la persecución de las fuerzas de seguridad, sino también por una enfermedad que lo acecha desde hace algunos años. José nació el primero de agosto de 1960 en el distrito de Chuschi, provincia de Cangallo, Ayacucho.
“Como resultado de las interceptaciones de las comunicaciones radiales, y por el testimonio de exintegrantes del grupo narcoterrorista convertidos en colaboradores, sabemos que José se encuentra en mal estado de salud. La falta de acceso a atención especializada y a los medicamentos que requiere empeoran sus condiciones, que se verán agravadas por la pérdida de su hermano mayor”, señalaron fuentes militares con conocimiento del caso.
Martín Quispe Mendoza, un profesor de educación primaria de comunidades indígenas en las alturas ayacuchanas, se vinculó con la organización de Abimael Guzmán e integró la llamada “Primera Escuela de la Guerra Popular”, que en 1980 emprendió el llamado “Inicio de la Lucha Armada” (ILA). Adoctrinados y aleccionados por su padre Martín Quispe, sus hijos y otros miembros de su familia se sumaron a las violentas acciones de Sendero Luminoso.
Según el relato del camarada José en el mencionado panfleto, murieron al enfrentarse a las fuerzas del orden José Quispe Palomino; Eloy Quispe Palomino; Martín Quispe Palomino; Laura Quispe Palomino y Eloysa Quispe Palomino. Martín Quispe Mendoza, el padre de todos, cayó en la comunidad nativa del centro poblado Tsomaveni, en San Martín de Pangoa, Satipo (Junín), en agosto de 1993.
Cuando se produjo la captura de Abimael Guzmán, el 12 de setiembre de 1992, el líder senderista luego pregonaría el fin de la lucha armada, a lo que se opuso el jefe de los Quispe Palomino, Óscar Ramírez Durand, camarada Feliciano.
Pero los Quispe Palomino rechazaban a Feliciano, por lo que encontraron la oportunidad de deshacerse de él cuando en 1999 las fuerzas del orden lo cercaron en Junín.
En junio de ese año, la Policía intervino a Jorge Quispe Palomino, camarada Raúl, y a otros dirigentes. El general EP (r) Eduardo Fournier Coronado, que entonces trabajaba en el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), consiguió que Raúl se convirtiera en colaborador de las fuerzas de seguridad. Contribuyó a que el 14 de julio Feliciano fuera detenido.
Ficha. "Raúl" cuando era colaborador del general Fournier, 1999. Foto: difusión
El siguiente paso que planificó el general Fournier fue que Raúl entregase a su hermano José, que se había convertido en cabecilla de la agrupación en el Vraem. El SIN de Vladimiro Montesinos necesitaba una espectacular rendición de los terroristas en plena campaña re-reeleccionista de Alberto Fujimori.
Raúl y José simularon que entregarían las armas. Montado en un helicóptero junto a varios efectivos, Fournier se dirigió al punto del encuentro acordado, en Anapati, Satipo, Junín, el 2 de octubre de 1999. Pero cuando la aeronave aterrizó, voló una mina que mató a 5 efectivos del Ejército y a 2 colaboradores senderistas. Una tercera arrepentida, hermana de los cabecillas, Melania Quispe Palomino, camarada Rita, sobrevivió y huyó.
En el helicóptero no estaba Raúl. Según el volante escrito por José, lo dejaron ir: “El camarada Raúl opinaba positivamente y agradecía a sus camaradas amigos, el general EP Eduardo Fournier Coronado y la psicóloga Mary Pérez, quienes entre junio y setiembre de 1999 lo ayudaron a planificar cómo liberarse por segunda vez de las garras asesinas del fujimontesinismo para otra vez volver a realizar (...) la guerra popular en el Perú”. Con la muerte de Raúl, José ha quedado completamente solo.