“Mucho han esperado, todos los días en el Rebagliati se desocupan entre cinco a nueve camas, ahí han tenido que separar una para tu mamita”, fueron las palabras que el Dr. Giancarlo Herrera le dijo a Marisol Lahura cuando le ofreció pagar por una cama en la Unidad de Cuidados Intensivos del Rebagliati.
Según las conversaciones telefónicas a las que La República pudo acceder, una enfermera que trabaja en la Unidad de Cuidados Intermedios fue quien le preguntó al galeno si podía trasladar a la madre de Lahura a UCI, pues su estado de salud era grave.
“Una enfermera me comentó aquí en el Rebagliati: ‘doctor, ¿puede ayudarla?’. (Yo dije) ‘No ya no quiero ayudar’ y la licenciada me dijo nuevamente ‘doctor, mírala por favor, la señora está muy mal’. Y dije ‘ya, cuando se puede ayudar se ayuda, cuando no, no’”, aseguraba el médico a Marisol cuando esta le preguntó cómo se había enterado de su caso.
Luego de ello, el Dr. Herrera le pidió a la docente que estuviera al tanto de la salud de su madre y de su llamada para que él pudiera confirmar la disponibilidad de la cama.
“Hija, escúchame, tu mamita está en Cuidados Intermedios, ni bien se desocupa la primera cama (UCI) tu mamá entra ahí. Lo que me dijo mi colega, Fernández Canales, es que todo sea discreto porque la gente está que se pelea desde anoche ahí”, minutos después, el supuesto profesional de la salud se vuelve a comunicar con Lahura y le indica que ya falta poco para que su madre sea trasladada a UCI.
“El otro paciente está muy crítico, ahí entra tu mamita. De acá a media hora estaría entrando (...) hablé con el jefe de guardia y el encargado de las camas, les pedí que me ayudaran y no querían hasta tener los datos de tu mamá, mándame los datos (...) Escúchame, tiene un costo, tiene un monto. 1.500 soles. Depositas a nombre de Kelvin Wilfredo Fernandez Canales, DNI: 30406595, envía 700 y los otros 800 envías apenas está ingresando o cuando te digan ya está en cama UCI ”, indicaba.
Sin embargo, Marisol Lahura, que llevaba días pidiendo tener acceso a su madre o si quiera a un poco de información sobre ella, se le hizo raro que de la noche a la mañana un presunto galeno tenga a la mano información completa sobre su progenitora, datos que otros médicos no le podían haber brindado en ocasiones anteriores. Sospechas que la llevaron a consultar con amigos que tienen familiares laborando en dicho nosocomio y que le manifestaron estar alerta, pues se trataría de estafadores.
“Me comuniqué con un amigo que tiene a su papá trabajando en el Rebagliati, le di el nombre del médico y me dijeron que no había ningún doctor con ese nombre. Que tuviera cuidado porque parecía una estafa”, recalcó.
Marisol lamentó que personas se aprovechen de la desesperación por la que pasan miles de familiares de pacientes COVID-19 y pidió a las autoridades investigar el número telefónico del que la llamaron para poder dar con los inescrupulosos que se encuentran detrás de esto.