Rossella Cambiaghi Santagostino tiene 44 años y vive en Alemania. Desde muy pequeña supo que no era hija biológica de sus padres. Cuando cumplió 18, comenzó la búsqueda de su identidad, que se convirtió en la razón de su vida. Hoy quiere conocer de su madre biológica. La mujer es de Huánuco, lugar donde Rossella fue entregada a los seis meses de nacida a su familia de crianza.
En su búsqueda, Rossela descubrió un oscuro entramado de adopciones de bebés del que habrían participado religiosas y malos funcionarios municipales y de una embajada en Perú.
Rossella habría nacido en 1977 o a fines de 1976. El 6 de Agosto del 1977 fue registrada en Acomayo, Chinchao.
De acuerdo a los pocos documentos a los que ha tenido acceso, fue adoptada por una mujer italiana llamada Maria Bambina Cambiaghi Santagostino.
Lo extraño es que en la partida fue asentada con fecha de nacimiento el 30 de julio de 1977. “Eso no es correcto, porque ya tenía seis meses más o menos”, nos dice.
Luego agrega: “Mi mamá adoptiva no estaba casada, por eso después de que se casó, mi apellido cambió a Carrara.
Rossella no tiene ningún nombre de su madre ni de su padre biológicos. “Solo sé que mi mamá era muy jovencita, y que, cuando me entregó en adopción, ella me dejó una bolsa con ropa para bebe que tejió a mano ganchillo con todo su amor.
“Hasta los 6 meses yo estuve con mi mamá biológica, después me cambiaron de identidad”, asegura a La República.
Dice que cuando cumplió 18 años, nació en ella el deseo de sabes sobre sus orígenes. “Pero cada vez que le preguntaba a mi mamá, se molestaba. Nunca hemos tenido una conversación abierta y honesta al respecto”.
Sostiene que en el certificado de nacimiento la declarante es señora Consuelo Veramendi de Sueldo. “Me dijeron que era la directora de la Beneficencia y Hogar de Niños Santa María de Guadalupe en Huánuco”.
“Ella (Consuelo) tenía una tienda en el Jirón de Huallayco 750, Huánuco, y una hacienda en Tarma. El dueño de la hacienda era don Armando Sueldo, esposo de Consuelo quien conocía a mi mamá biológica. Lamentablemente la señora falleció años atrás”, manifiesta en diálogo con La República.
Rossella cuenta que el trámite de la adopción se hizo a través de los misioneros católicos Monfortanos italianos de Bergamo, a cargo del cura italiano Ernesto Zanga, quien ya falleció, y la monja italiana Giovanna Zanga, de la congregación católica Hijas de la Sabiduría, en Paucarbamba, Huánuco.
“Ella me ha confesado que no conoció a mi mamá biológica pero que entre junio y julio 1977, me recogió de la habitación de la señora Consuelo Veramendi de Sueldo y me llevó a la habitación de las Hijas de las Sabidurías por 2 o 3 semanas, sin declararme ante un Juzgado y sin saber mi identidad”, indica.
Añade: “Después, mi mamá adoptiva me recogió para llevarme a Italia. El 11 de agosto del 1977, en la embajada italiana en Lima, tramitaron algunos documentos para mi expatriación”, afirma.
¿Cómo fue su niñez, su juventud?: “Crecí en Italia hasta los 30 años y ahora vivo en Alemania. Soy casada y tengo 3 hijas. Después de la escuela y de la Universidad estudié el idioma y la literatura japonesa. Antes de casarme en el 2012 trabajé en una empresa japonesa en Millán y también como intérprete italiano-japonés-inglés”.
En el 2008 viajó a Perú con la esperanza de encontrar a sus verdaderos padres, pero no dio con ellos. En el 2012 se casó y se fue a vivir a Duesseldorf, Alemania, donde actualmente radica.
Agradezco Dios por mi vida, pero todavía tengo un profundo deseo de encontrar a mis padres biológicos y agradecerlos por haberme dado la vida, especialmente en este periodo de pandemia. Quiero saber cómo están y ayudarles si es necesario.
Busca la verdad y tiene la esperanza de algún día conocer a sus padres biológicos o algún familiar de sangre que haya guardado algunas fotos de sus padres o la fecha del parto.
Rossella decidió hacer pública su búsqueda y espera recibir datos que la ayuden a encontrar a sus verdaderos padres.