La municipalidad de Lima junto con la empresa privada llegaron hasta la comunidad shipibo-konibo de Cantagallo, en el Rímac, para repartir víveres y regalos para las niñas y niños que viven en esta zona junto con sus padres, con ocasión de las fiestas.
En el lugar se realizó la denominada ‘Panetonada más grande del Perú’ que incluyó a los miembros de 297 familias de la comunidad nativa, quienes recibieron el tradicional pan dulce, además de bebidas y alimentos.
Los pobladores de Cantagallo, a través de su dirigente Vladimir Inuma, agradecieron el gesto y pidieron que “esta ayuda no sea solo por hoy, sino que la municipalidad nos apoye para gestionar los proyectos pendientes para la comunidad, como el saneamiento del terreno y la urbanización mediante títulos de propiedad”.
En medio de la actividad social, las mujeres artesanas de la comunidad invitaron a la población a visitar la zona para adquirir sus productos como mascarillas bordadas y estampadas, collares y otras artesanías elaboradas a mano, con cuya venta pueden solventar sus gastos.
“Lima es la ciudad de todas las sangres, todas las comunidades están representadas en nuestra ciudad, por ello debemos ser más empáticos y cuidadosos con nuestra gente. Vivimos un momento muy difícil, una pandemia, por eso es necesario fortalecer nuestras comunidades con un mensaje de esperanza”, dijo el alcalde Jorge Muñoz.
Durante el estado de emergencia, la Municipalidad de Lima, a través de Fundación Lima, llevó un total de 1,972 kits de productos de primera necesidad, valorizados en más de S/167,000 a esta comunidad nativa.
La ‘Panetonada más grande del Perú’, iniciativa de la empresa Nestlé, ha repartido más de 700 mil porciones de panetón a las comunidades más vulnerables de todo el país.
En noviembre del 2016, más de 2 mil personas perdieron su hogar en la comunidad shipibokonibo de Cantagallo debido a un gigantesco incendio causado por un cortocircuito.