Por: Liubomir Fernández
Un yaguarundí o gato moro fue captado por cámaras trampa en la selva de San Gabán, provincia puneña de Carabaya. Es una especie de la que no se sabe si está en peligro de extinción.
Según el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), no se tiene información exacta de la población que se desplaza en la selva puneña, ni qué peligros lo acecha. Por ende, es difícil determinar los niveles de vulnerabilidad a los que está expuesto.
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El yaguarundí es un felino que pertenece a la familia de los pumas. Su presencia fue descubierta en la selva puneña en julio. Un poblador advirtió que un animal desconocido había ingresado a un corral para comerse una gallina en horas de la noche de aquel mes.
Solo encontraron huellas bien definidas de sus pisadas. Para descubrir de qué especie se trataba se colocaron cámaras trampa. Inicialmente se instalaron cámaras de video, pero fueron los equipos de fotografía los que captaron el paso de un yaguarundí hembra con sus dos crías de aproximadamente dos meses.
Según Serfor, esta especie no se deja ver fácilmente con los humanos. Antes de ser registrado por los equipos tecnológicos se sabía que tenían mayor presencia en la región amazónica de Madre de Dios. No obstante, no hay estudios a detalle sobre la población de yaguarundís.
El biólogo Raúl Callo maneja una tesis sobre su presencia en Puno. Su desplazamiento se debería a la minería ilegal y la tala de árboles en la zona de Puerto Maldonado, frontera con la región altiplánica. Esta tesis cobra fuerza dada la peculiaridad del animal: durante el día tiene que caminar grandes tramos en busca de alimento y en las noches descansa.
Y, cuando tiene necesidad, sale a cazar, mucho más cuando tiene crías que alimentar. Es en estas circunstancias que habría vuelto al lugar donde se comió una gallina.
Una de sus características es huir cuando se siente asediado o cuando percibe peligro. Todos estos factores estarían provocando su traslado hacia otros puntos donde sobrevivir sin mayores riesgos.
El yaguarundí es un felino muy parecido a un gato doméstico, pero de mayor tamaño. Tiene las orejas redondas y una cola larga. Es de color marrón, rojizo o plateado. Se alimenta de roedores y otros pequeños mamíferos, aves, reptiles e insectos.
Es considerado como una especie carnívora oportunista. Habita en los bosques húmedos. Su comportamiento es diferente al de otros felinos, ya que están activos durante el día y descansan por la noche. Aun así es una especie poco conocida y estudiada y es muy difícil de registrar. La población en la selva tampoco los conoce. Se sorprendieron de su existencia.
Al respecto, el biólogo Raúl Callo indicó que se debería emprender un proyecto para su registro. “Hay métodos para atraerlos, atraparlos y dejarlos en libertad para luego entender su comportamiento y el riesgo que corren. Demanda tiempo pero se necesita, porque especies como esta que no se conocen, hay en la selva de Puno”, dijo.
Callo señaló que ni la reserva del Bahuaja Sonene, entre Puno y Madre de Dios, está estudiada por completo.
Serfor informó que evaluará una segunda acción de investigación con relación al yaguarundí. Se buscará el apoyo de los pobladores de selva para determinar el lugar donde se colocarían las cámaras en adelante. Un equipo de biólogos trabaja en esa idea.