Juan Carlos Soto
El Consejo Regional de Arequipa que preside Wuile Añayanque, tiene la responsabilidad directa en “la estocada de muerte” al proyecto Majes Siguas II. Hasta en dos oportunidades, este organismo, controlado por el gobernador de Arequipa Elmer Cáceres Llica, se negó a aprobar un convenio propuesto por el Ministerio de Agricultura (Minagri) para que el proyecto sea cedido a este sector. ¿Qué pretendía el Minagri con esta acción? Limpiar los obstáculos que mantenían la obra paralizada desde la gestión de la gobernadora Yamila Osorio.
La principal discrepancia era la solicitud efectuada por la empresa Cobra para hacer el cambio tecnológico de la futura irrigación. Eso demandaba una inversión 104 millones de dólares. El Minagri, en su convenio planteado en julio pasado, se comprometió asumir activos y pasivos. Tácitamente, implicaba el financiamiento de la adenda 13. El Gobierno Regional de Arequipa (GRA), el concedente, no tiene espalda financiera para el aval.
Luego de debates vergonzosos, con consejeros que conocen poco o nada del proyecto, el convenio con el Minagri fue mandado al archivo. Nueve votaron en contra y solo Kimmerlee Gutiérrez, Ysrael Zúñiga, Silvio Arias y Richard Cervantes apoyaron la transferencia. Los legisladores celebraron el resultado señalando que el proyecto no se iba a Lima sino se quedaba en Arequipa.
¿Solo hay responsabilidad del Consejo Regional? El gobernador regional Elmer Cáceres no se salva. Inicialmente, él estaba convencido del convenio con el Minagri. Luego, inexplicablemente, cambió de posición. No se interesó en convencer a sus consejeros para que cambien de opinión y eligió el peor camino, acudir al Congreso de la República para que le aprueben una ley de garantía soberana de los $ 104 millones. Varios parlamentarios de Arequipa sostienen que este camino es equivocado. Primero, el Congreso carece de capacidad de gasto. Además, ¿cuánto tiempo puede demorar la aprobación de una ley? Seis o siete meses.
El gobernador Cáceres Llica le comunicó de ese plan al ministro de Agricultura Jorge Montenegro. Este le dijo iban al filo de la navaja. El 30 de octubre vencía la suspensión del contrato y, si no había una respuesta para la concesionaria el rompimiento era inevitable. Por su cuenta, Montenegro intentó convencer a los consejeros para que cambien su posición. No encontró eco y más bien varios desplantes. Los consejeros no asistían a las reuniones de coordinación, según ellos, tenían cosas más importantes que hacer. El viceministro de Políticas Agrarias, Dante Maurer Fossa, admitió que desde el 19 de setiembre no tienen contacto con Arequipa. El gerente regional Gregorio Palma, días atrás, había sentado una posición institucional, Majes no se va, se queda en Arequipa.
El ingeniero Isaac Martínez fue director ejecutivo de Autodema. Sostiene que el único camino para reactivar el proyecto era cederlo al Minagri. La razón, la unidad ejecutora en Arequipa, Autodema, no tiene capacidad para llevarlo adelante. Sin embargo, “nos ganó el chauvismo estúpido”.
Lamentablemente, tenemos que decirlo, dijo, en Autodema, “no hay profesionales capacitados para destrabar el proyecto. Por eso el Minagri quería asumirlo y responder con la garantía soberana. Ese es el costo político de poner la gente allegada a la campaña política y que no sabe nada de estas obras”, concluyó.