Desde que se declaró la emergencia sanitaria por la llegada del coronavirus al Perú, los estudiantes con habilidades especiales no solo tuvieron que enfrentar la suspensión de clases presenciales, sino también la imposibilidad de poder salir debido a la cuarentena.
Estos aspectos sumados al desarrollo de la educación a distancia provocaron que niños y adolescentes con autismo, síndrome de Down y con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) desarrollen cuadros de estrés y ansiedad.
Las clases virtuales han llegado a causar cuadros de ansiedad y estrés en las personas con habilidades especiales. (Foto: La República)
Al respecto, tres especialistas plantearon métodos y soluciones para afrontar esta situación que afecta directamente en el aprendizaje de las personas con habilidades especiales, quienes tienen diversas características de acuerdo a su condición.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, hay 15.625 personas con autismo en el Perú. De esta cifra, el 90,6 % corresponde a menores de 11 años, razón por la que garantizar su educación en su etapa inicial es fundamental para su futuro.
Para Ernesto Reaño, psicólogo del Equipo de Investigación y Trabajo en Autismo (EITA), el papel que cumplen los centros educativos es importante durante la cuarentena.
“Antes de la pandemia, toda escuela tenía un sistema de adecuaciones curriculares, departamentos de inclusión y convivencia. En este caso, esas áreas deberían estar muy en contacto con la familia para ver qué adaptaciones se pueden hacer en este contexto con la carga de tareas, las evaluaciones y sobre todo involucrar mucho a los padres y a los cuidadores”, argumentó el investigador en conversación con La República.
En esa línea, el especialista señaló que la cuarentena puede generar estrés y ansiedad y hasta conductas autoagresivas en los niños autistas. Ante esta situación, Reaños recomendó que sería bueno que “las familias mantengan un ritmo de realizar pequeños paseos evitando aglomeraciones”.
Por último, el investigador brindó una serie de recomendaciones para que se pueda potenciar el aprendizaje de los niños con autismo.
- Ponerse en contacto con la escuela para llegar a la mejor solución de adaptación en ese momento, analizando la posibilidad de recibir vídeos donde pueda ver y profundizar los temas que se están tratando, darles algunas actividades anexas que puedan realizar y no llevar todas las clases a distancia.
- Todo niño autista siempre tiene un tema de interés que es más profundo que otro, por lo que se debería de fomentar esos intereses relacionándolo con los contenidos de las clases.
- Si la persona no es totalmente autónoma, se la debería acompañar mientras dure la clase, después hacer un repaso y también garantizar los momentos de ocio.
Niño con autismo. (Foto: Minsa)
PUEDES VER: “No somos objetos descartables”: los reclamos de trabajadoras de limpieza contra la Municipalidad de Lima
A nivel mundial, uno de cada 1.000 recién nacidos tiene síndrome de Down. En el Perú, hasta el 2015 se registraron 8.800 personas con esta condición en el Registro Nacional de Personas con Discapacidad.
A diferencia de las personas que tienen otras personas con habilidades especiales, los niños y adolescentes con esta condición necesitan mayores explicaciones para entender un contenido.
En diálogo con La República, Orfelia Zanabria, coordinadora de programas de la Asociación Hatunyaa, detalló que la emergencia sanitaria que atraviesa el país ha complicado la atención de los padres hacia los niños y adolescentes.
“El estrés en las familias ha dificultado el poder asumir el rol de maestros, profesores, médicos nutricionistas. Por ello, se debe entender que las personas con discapacidad necesitan mayor atención, tiempo en la preparación de materiales didácticos, en la preparación de lecciones”, asegura Zanabria.
En este escenario, añade que la labor de acompañamiento es fundamental, puesto que los niños con síndrome de Down suelen distraerse rápidamente en las clases a distancia.
“Es interesante para los chicos los primeros momentos, pero en su mayoría tienen una atención y concentración frágil, entonces obviamente se dispersan. Esto sucede porque en casa hay distractores, lo cual provoca que las lecciones sean menos asimilables”, aseguró la representante de Hatunyaa.
Como recomendación para afrontar esta complicada etapa que representa el aislamiento domiciliario y las clases virtuales, Orfelia Zanabria recalca que los niños y adolescentes con estas discapacidades deben ser motivados por sus padres.
“Generalmente las lecciones van hacia los padres, ya que los niños con síndrome de Down necesitan estimulaciones sensoriales a través de materiales didácticos que les permitan experimentar, oler y tocar, acciones que su condición misma les exige para que la puedan asimilar”, aseguró.
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un trastorno de carácter neurobiológico originado en la infancia y que afecta a lo largo de la vida, que se caracteriza por la presencia de tres síntomas típicos: déficit de atención, impulsividad, hiperactividad motora y/o vocal.
En ese sentido, los niños con esta condición pueden entender el contenido de una clase, pero necesitan muchas estrategias para que se concentren. Al respecto, Beatriz Duda, especialista de la Asociación Peruana de Déficit de Atención (APDA) analizó el panorama que están atravesando los niños y adolescentes con TDAH.
“Para los niños es más difícil prestar atención a una pantalla que cuando tenían a una profesora delante de ellos, porque no solamente se distraen con los elementos distractores de la casa, sino que, además, necesitan moverse”, detalló la experta.
Esta situación ha conllevado que sea común que se manifiesten cuadros de estrés y ansiedad durante las clases virtuales.
“Los niños suelen sufrir ansiedad porque se distraen, luego termina la clase y no tienen ni idea de la actividad que tienen que hacer porque no escucharon o porque no la entendieron. Esto genera preocupación y ansiedad porque ellos sienten como un vacío y se sienten sobrecargados y abrumados”, explicó Beatriz Duda a La República.
El TDAH es una condición en la que el individuo presenta dificultad para mantener la atención, hiperactividad e impulsividad. (Foto: El País)
Ante esta delicada situación, la experta del APDA señaló algunas recomendaciones que deben tener en cuenta tanto los padres de familia como los profesores que imparten las clases a distancia.
Para los padres
Acompañar a sus hijos en las clases como si fueran más pequeños porque a veces se puede estar hablando de un niño de 11 o 12 años que ya tendrían que haber desarrollado autonomía, pero a veces necesitan acompañamiento del papá, mamá o hermano mayor cuando recibe clases virtuales.
Para los profesores
La profesora puede tener contacto directo con los niños, en ese caso llamar por teléfono o un mensaje de texto. La realidad es que cuando el chico establece este contacto emocional con la persona que le imparte las clases va a estar más motivado y conectado con el curso.
Para los colegios
Los colegios deben considerar la posibilidad de que las clases no sean tan largas. Para cualquier niño, eso es demasiado, para un niño con TDAH es casi imposible que le saque provecho a las clases a distancia.
Por último, Beatriz Duda señaló que lo principal es que los niños con esta habilidad especial estén contentos y tranquilos. “Los papás deben tener cuidado con la exigencia académica porque lo principal es que el chico esté bien, puesto que estamos viviendo una época difícil para todos. Cuando el niño está contento, aprende mejor”, puntualizó.
Para la psicóloga infantil Gavi Rau, la situación que vienen atravesando los niños con habilidades especiales que reciben clases virtuales es complicada porque no hay un seguimiento de sus profesores.
“Los profesores presentan la clase en una presentación de Power Point o como ‘Aprendo en Casa’, que son diferentes de las clases presenciales, por lo que no tienen la facilidad de ver a los estudiantes y eso impide que les diga ‘¿en qué te ayudo?’ en los términos que sus necesidades requieran”, sostuvo la especialista.
Ante este desalentador escenario, los padres son los que han asumido la función de profesionales de la educación, a pesar de que no contar con una adecuada formación pedagógica.
“La diversidad de los niños con habilidades especiales es tan variada que las clases a distancia no podrían abarcarla por la falta de una atención primaria que se lleva a cabo en el aula. No obstante, al no haber aula, son los padres quienes asumen el rol de maestros”, destacó Gavi Rau.