Cargando...
Sociedad

Luis Núñez, el sacerdote que venció al coronavirus pese a la hipertensión, diabetes y sobrepeso

El sacerdote de la Diócesis de Lurín fue el primer paciente con COVID-19 en una sala de cuidados intensivos de Lima.

Las probabilidades para que el presbítero Luis Núñez del Prado Reinoso sobreviva al coronavirus (COVID-19) eran pocas, pero la fe de quienes oraron por él cuando se encontraba inconsciente en UCI del Hospital Edgardo Rebagliati fue grande.

Luego de 38 días de haber permanecido entubado, mientras los médicos y enfermeras trabajaban día a día para salvarle la vida, el sacerdote de la Diócesis de Lurín volvió a ‘nacer’ el pasado 9 de abril, jueves Santo y día del sacerdocio.

“Eres un milagro, un hombre de fe que ha luchado mucho”, fueron las primeras palabras que escuchó cuando despertó en medio de otros pacientes con estado delicado a causa del coronavirus.

“El ambiente era otro cuando llegué porque no había nadie, pero cuando desperté, estaba lleno, todo el mundo atendiendo a los enfermos”, recuerda el sacerdote que aún sedado nunca se rindió y siguió luchando por despertar y volver a su comunidad.

El padre Lucho, como lo llaman de cariño, cuenta que desde el momento en el que le dijeron que había dado positivo a la prueba de la COVID-19, todo pasó muy rápido. “Me sentí un poco confundido y comencé a pensar en mi familia, en mi parroquia, pero no tenía tiempo ni para pensar porque básicamente en una hora mi vida cambió totalmente”.

El sacerdote Luis Núñez del Prado fue el primer paciente con COVID-19 en UCI del Hospital Rebagliati. (Foto: EsSalud)

Ante tantas hipótesis que surgieron sobre su contagio, el presbítero cree que sucedió mientras realizaba su labor de sacerdote en su parroquia San Gabriel Arcángel de Villa María del Triunfo, donde un hombre se acercó a él para pedirle que lo confesara y mientras lo hizo, de casualidad le estornudó en el rostro.

Días después se dio cuenta que algo no iba bien con su salud, ya que empezó a tener tos y falta de aire que se fue agudizando cada vez más hasta llegar a perder las fuerzas al subir las escaleras. Él tiene antecedentes de hipertensión, diabetes y sobrepeso. Inicialmente creían que se trataba de una neumonía y lo llevaron a una clínica para que lo atendieran.

“Me hicieron algunos análisis y todo salió negativo, pero un examen salió positivo a COVID-19”, narra el padre Núñez del Prado Reinoso sobre el instante en el cual se enteró que había contraído el virus.

“Llegaron los médicos y dijeron que estaba contaminado, me metieron en la ambulancia y me llevaron. Al llegar me di cuenta que era el primer paciente, todo el mundo estaba vestido de blanco, como astronauta. Luego me dijeron que había dos posibilidades, una de que me quede ahí, pero no había muchas esperanzas de que viva y la otra era que me entubaran para realizarme otro tratamiento. Entonces tuve que aceptar, internamente fue duro”.

Después de 20 minutos de haber llegado al ambiente de UCI COVID-19 del Hospital Edgardo Rebagliati lo entubaron. “No hubo tiempo de nada, rezando a la virgen María, entré en sueño”.

Sin embargo, también tuvo que lidiar con la noticia de su supuesta muerte. “Sentí un nudo en la garganta y pensé en mis familiares y personas cercanas, en cómo la habían pasado”, ya que perdió comunicación con ellos cuando fue internado.

Luego de todo lo que le tocó vivir, el padre Luis reconoce el gran trabajo que viene realizando el personal médico y todas las personas que se encuentran en primera línea, a quienes los ha denominado los “ángeles que nos cuidan y protegen”.

“Qué importante es la labor de los policías, los militares, los médicos y enfermeras. No hay día, no hay noche, ellos están ahí. Que el señor los bendiga y proteja, que bendiga también a su familia, que seguramente la están pasando mal”.

Luego de haber estado más de dos meses internado en UCI por COVID-19, el padre Luis Núñez del Prado fue dado de alta. (Foto: EsSalud)

Han transcurrido más de dos meses y el padre Lucho se encuentra totalmente recuperado del coronavirus. Pese a ello, le toca aprender por segunda vez a dar sus primeros pasos e intentar caminar de nuevo, ya que estuvo postrado e inconsciente por mucho tiempo.

“Todos estamos en este combate. A los que están enfermos les tengo que decir que sean pacientes, disponibles a lo que los médicos les dicen, ser fuertes, valientes, tener fe y no bajar los brazos. Vamos a vencer aunque se esté sufriendo, doliendo. Tienen que decir tengo que salir de aquí, esa es la mejor motivación. Tenemos que tener fuerza de voluntad para superar esta enfermedad”.