Wilder Pari
El balón dejó de rodar en el Perú el 9 de marzo y no hay fecha de retorno. Eso provocó la crisis de los clubes. Sin taquillas, abonos y merchandising no saben cómo pagar sueldos, sobre todo a sus jugadores. Es inevitable que se vengan las reducciones.
Para la Agremiación de Futbolistas Profesionales (SAFAP), todavía no hay justificación para los ajustes salariales, pues los clubes de la Liga 1 no viven de ingresos como recaudaciones, su principal fuente son los derechos de televisión. Esta semana la Federación Peruana de Fútbol (FPF) aprobó la Gerencia de Licencias COVID-19. Entre sus medidas se contempla una rebaja de remuneraciones. Este recorte aplicaría para abril, mayo y junio; pero antes debe ser consensuado entre los clubes y los jugadores. El documento de la FPF indica que también se pueden llegar a otros acuerdos, como reprogramaciones de pagos.
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La carta de la FPF recalca que es fundamental el acuerdo entre las partes. Ello no sucedió con el Club Mannucci, que inició una suspensión perfecta de labores de forma unilateral. Pero, ¿cómo van las economías de los clubes del sur? Cienciano mostró retraso en los pagos. Demoró en pagar marzo. Además, consensuaría un recorte de abril. Este club tiene un proceso concursal (administración temporal) por deudas. Antes del inicio de la temporada 2020, mantenía compromisos por S/11.5 millones con diferentes acreedores, que proyectan cancelarse en 2029.
Según el directivo del club, Roger Quintanilla, las taquillas son parte importante de su presupuesto, permiten cumplir algunas obligaciones. Un estudio de la Asociación de Fútbol Profesional (ADFP) del 2017 señalaba que estos ingresos representaban en promedio el 30% del presupuesto de todos los equipos de Primera División.
En Binacional también hay problemas. Semanas atrás, se informó a los jugadores que el pago de abril sería por vacaciones truncas y mayo está por verse.
Para la SAFAP, el club no pasa una crisis. Con la obtención del campeonato llegó dinero fresco. Por ganar la Liga 1, Binacional recibió un millón de soles. Por jugar la fase de grupos de la Copa Libertadores, le corresponde tres millones de dólares y según la Conmebol, se entregó el 60% de dicho dinero. El asesor legal del club, Alejandro Aduviri, prefiere guardar silencio.
Los otros dos equipos del sur, FBC Melgar de Arequipa y Cusco FC, mantienen posiciones cautelosas. El administrador del FBC Melgar, Ricardo Bettocchi, indicó que aún no trataron sobre un recorte de salarios. Esperarán el desenlace de la crisis sanitaria. Hace algunas semanas, el entrenador Carlos Bustos señaló que aceptaría una reducción de su sueldo para apoyar la economía del club.
Al igual que Cienciano, Melgar está bajo una administración temporal por deudas que debe concluir el 2025. Por clasificar a la Copa Sudamericana, los rojinegros ganaron 300 mil dólares. Les corresponde otros 375 mil dólares por avanzar a la segunda fase. También aplican al adelanto de 60% por parte de la Conmebol. Extraoficialmente, todas las obligaciones contractuales de Melgar equivalen a 200 mil dólares mensuales.
El asesor legal de la SAFAP, Jhonny Baldovino, expresó que los futbolistas podrían aceptar una reprogramación de pagos, pero no un recorte. Sin embargo, reconoció que podría haber casos excepcionales, como los equipos que no tienen derechos televisivos (Alianza Universidad, Carlos Stein, Deportivo Llacuabamba y Atlético Grau).
Añadió que una suspensión perfecta de labores no aplicaría para los jugadores, pues ellos siguen entrenando en sus domicilios.
La espalda económica de la televisión (y de otros auspicios) requiere la reanudación del campeonato, el cual se suspendió a puertas de la sétima fecha. La intención de la mayoría de futbolistas y dirigentes es jugar la Liga 1 para cumplir las obligaciones contractuales. Ya existe el consenso de que será a puertas cerradas, pues las autoridades del gobierno remarcaron que mientras no exista una vacuna contra el coronavirus, no se permitirán espectáculos masivos.
Sin embargo, el reinicio de actividades no se avizora fácil y tal vez solo sean buenos deseos. Por ejemplo, se mantienen las restricciones de traslados entre ciudades y varios futbolistas permanecen en diferentes partes del país.
Los futbolistas además, señalan que antes de cualquier reanudación, debe garantizarse su salud. El capitán de Binacional, Yorkman Tello, sostuvo que se requerirán protocolos especiales para evitar contagios, como pruebas de descarte del COVID-19.
Sin duda, una eventual reanudación tendría que ser bajo otro formato.
En la Liga 2, algunos equipos optaron por suspender los contratos de sus jugadores hasta el reinicio del torneo. Fue el caso del club Sport Chavelines, que en su comunicado, indicó que “el futuro es complicado e incierto”.
Este campeonato no recibe gran respaldo televisivo. El año pasado, catorce equipos tuvieron que repartirse un millón 100 mil dólares por derechos de transmisión. Aunque la situación es complicada, sus dirigentes todavía no hablan de una cancelación.
En la otra competencia de ascenso, la Copa Perú, los dirigentes prevén una cancelación del campeonato. Así sucede en Nacional FBC de Mollendo (Islay), que el año pasado llegó a octavos de final. Su directivo Janio Perea informó que habían presupuestado 300 mil soles para toda la campaña del 2020, con proyección de llegar a instancias finales. Un 40% provendría de taquillas y el resto de auspicios.
En caso se cancele el torneo, Perea dijo que mantendrán la apuesta para el 2021. Pero reconoce que el próximo año, la prioridad de los auspiciadores no será el fútbol, sino sus propias economías. El presidente de la Liga Departamental de Fútbol de Arequipa (Lidefa), Rubén Mesías, expresó que es muy posible que en los torneos de menores y el fútbol femenino, el balón no vuelva a rodar por el 2020.