Por: Michael Ramón
Desde que se dispuso el estado de emergencia en todo el país, los comedores populares que atienden en el Cercado fueron cerrando. Decenas de personas que no tienen ingresos propios acuden ahora al local de la Asociación Remar, en el jirón Azángaro, para recibir un almuerzo y un refrigerio. Antes repartían un promedio de 100 raciones por día, ahora atienden a 350 comensales.
La fila que se formó ayer, antes de las 11 de la mañana, cuando se repartieron los almuerzos, se extendió por tres cuadras y llegaba hasta uno de los locales del Congreso. Remar también ayuda con almuerzos a ciudadanos haitianos que están aislados en La Victoria.
Remar cuenta con 30 colaboradores para atender a todas las personas que acuden a su puerta. Hay seis cocineras, otros muchachos que envuelven frutas, bebidas y galletas, y reparten los platos principales. Algunos, incluso, ayudan a las personas que no pueden comer por sí mismas. Su única protección son guantes y mascarillas. No pueden recibir más personal por temor al coronavirus.