Por Milagros Berríos
- Página 1 - Artículo 1 del proyecto de ley: “La participación de la familia en el proceso educativo del niño, niña y adolescente. Los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a que sus hijos o pupilos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.
- Página 3 - Artículo 2 del proyecto de ley: Atribución de las Apafas: “Vigilar que los contenidos de los materiales educativos sean adecuados al Interés Superior del Niño y el Adolescente, así como su distribución oportuna y el uso adecuado del material educativo que utilizan los estudiantes”.
- Página 8 - Disposiciones complementarias y finales: “Los materiales educativos procedentes del Minedu, antes de su impresión y distribución, deben ser prepublicados en soporte digital en la web del ministerio a fin de que los padres puedan presentar sus observaciones a la autoridad en un plazo de 30 días hábiles”.
- Página 15 - Exposición de motivos: “Los padres peruanos se encuentran preocupados por la diversidad de factores que influyen en la educación de sus hijos como los medios de comunicación social, el Internet (...). Situación que se agrava con las presuntas irregularidades en el proceso de elaboración, edición, revisión, adquisición y distribución de los materiales educativos de la Educación Básica que pretendían hipersexualizar la formación de los estudiantes de las instituciones públicas (...). Estas situaciones que perjudican el desarrollo integral de sus hijos les faculta a participar de manera activa en el proceso educativo (...), fiscalizando los contenidos del material educativo”.
proyecto de ley N° 04688/2019
“Todo el proyecto es cuestionable y no tiene sustento técnico. Hay una contradicción con las leyes peruanas que otorgan la competencia técnica, no por ideología o creencias personales, sino por especialización pedagógica al Ministerio de Educación (Minedu) para que este sea el que elabore políticas educativas. Las facultades que propone el proyecto son perjudiciales ya que no podemos implementar una política nacional que abarque la diversidad de credos religiosos porque, para empezar, somos un país laico. Hay respeto por los diversos credos, pero no es competencia del Minedu (...). La participación de la familia es esencial en la formación de los estudiantes. Eso lo reconocemos siempre, pero lo técnico no se le puede delegar. El currículo nacional estuvo en consulta y recibió los aportes de padres. Los textos están a cargo de los técnicos, responden a la política educativa y al currículo (...). En el Congreso han dicho que habrá una agenda consensuada con órganos rectores, como el Minedu. Me gustaría saber si esto lo desdice, porque le quita la rectoría al Minedu en la definición de la política educativa”.
Lucio Castro
“La educación peruana, por una cuestión normativa, es laica. El plantear que, por ejemplo, en los contenidos religiosos intervengan los padres de familia significaría asegurar que todas las congregaciones y credos religiosos tendrían participación. Si esto fuera así, el currículo sería un pandemonio. (El proyecto) es voluntarista, pero ajeno a la realidad y al contexto de la educación (...). La formulación del diseño curricular es responsabilidad del Minedu y deben participar actores centrales de manejo técnico: los profesionales de la educación. Y aquí, sin ánimo de ser despectivo, poco podría ser el aporte de los padres en formación y métodos de enseñanza. Ellos pueden tener participación en el proceso de enseñanza, y lo tienen, pero falta enfatizar por parte del Estado y promover la participación a través de la escuela de padres de familia (...). También hay una distorsión de la información e influencia de aquellos con pensamiento conservador, los mismos que plantean la “ideología de género” y rechazan el enfoque que hace ver que los hombres y mujeres tienen iguales derechos y oportunidades”.
Marilú Martens
“Estamos de acuerdo con este proyecto presentado por un sector del Congreso. Creo que es una respuesta al llamado que venimos haciendo los padres y a los diversos documentos que hemos mandando al Minedu. Al no ser escuchados acudimos a la Comisión de Educación, donde dimos nuestro punto de vista. A inicios de enero mandamos documentos para que nos den copia, machote o adelanten los textos que iban a entregarles a nuestros hijos en los colegios públicos este año. Luego se conoció lo de los textos ‘pornográficos’. Eso nos ha preocupado. La ministra (Flor) Pablo reconoció su error. Entonces, para evitar esos problemas queremos que nos consideren como un filtro. Tenemos la mejor intención, ya que se trata de nuestros hijos. Somos respetuosos de la profesión de los maestros, pero los especialistas del Minedu han dejado pasar muchos errores desde hace años. Los textos están mal hechos. (...) Nosotros hicimos llegar un memorial a la Comisión de Educación, dirigido a la presidenta Milagros Salazar. También estaba presente Tamar Arimborgo.”
Edgar Trejo
“En el fondo, el proyecto trata de canalizar una posición conservadora y empoderar a los padres para que tomen decisiones bajo el supuesto falso de que si ellos corrigen los textos, ya no habrá errores. Tratan de tener control sobre algunos temas en los textos escolares asociados a género. El órgano rector de las políticas educativas es el Minedu, y los padres lo único que pueden hacer es contribuir en tareas generales asignadas por la Ley General de Educación. Ojalá la presidenta de la Comisión de Educación, Tamar Arimborgo, haga reales sus palabras y someta a un debate mucho más amplio este proyecto. La idea de “hipersexualización” es una noción acuñada por grupos conservadores para ir en contra de la salud sexual. Sin embargo, no se han dado cuenta que en el fondo hablar del “interés superior” del niño les puede jugar en contra: o se hace un gran debate para definirlo, o se hace caso a convenciones internacionales con elementos progresistas (…). Están yendo en contra de lo que creen que no se puede enseñar vinculado a la sexualidad o enfoque de igualdad de género”.
Ricardo Cuenca