La muerte llegó de prontoEn Huarochirí. Una breve pero intensa lluvia, inesperada por estar fuera de temporada, provocó un deslizamiento en el distrito de San Antonio. Morelia Muñoz y su niño de casi un año perdieron la vida luego de que una roca los golpeara. Sus deudos piden ayuda para enterrarlos, pues lo perdieron todo la madrugada de ayer.,Un huaico acabó con los sueños de una madre y su pequeño,Un huaico acabó con los sueños de una madre y su pequeño,Un huaico acabó con los sueños de una madre y su pequeño,La escena dentro de la casa de la familia Pérez Muñoz recordaba lo vivido durante los meses en los que los huaicos y las lluvias azotaron las ciudades del norte y centro del país: barro, lodo, rocas, destrucción, lágrimas, muerte y dolor. Esta vez, la zona afectada no fue Trujillo ni Chiclayo. Tampoco Piura. Una casa recibió de lleno el golpe de la naturaleza, que a su paso apagó dos vidas: la de una madre y su bebé. Ocurrió en la zona alta de la Asociación de Viviendas Nuevo Progreso, ubicada en el distrito de San Antonio, en la provincia de Huarochirí. PUEDES VER Huachipa: dos muertos tras caída de huaico en Cajamarquilla [VIDEO] Según señalan los testigos, antes de iniciar el desastre, un fuerte estruendo retumbó entre los cerros que albergan sus casas desde hace más de quince años. El miedo, entonces, se apoderó de los presentes. La tragedia Las rocas caían desde lo alto de un cerro, bajaban amenazantes en dirección a la casa de los Pérez Muñoz, producto de una efímera, violenta e inesperada lluvia que duró menos de media hora. En medio del susto y la oscuridad de la madrugada, la familia notó que faltaban dos de sus miembros. -¡No está Morelia! ¿Dónde está el bebé? ¡No está Morelia! ¡Se quedaron!, gritó desesperada Gisela Sandoval, mirando de un lado a otro, asustada, con la esperanza de encontrar a su prima escondida entre sus demás familiares. Morelia Muñoz Cucho, que hacía seis meses se había mudado junto a su esposo Justo Pérez y su bebé de casi un año de nacido, no logró salir de su habitación a tiempo y fue golpeada por una roca mientras cargaba al pequeño. La fuerza del impacto fue tan brutal que ninguno de los dos resistió un solo segundo más con vida. -¡Morelia está adentro! ¡Vamos!, se escuchó entre los familiares. Wilmer Sandoval, sobrino de Gisela, corrió junto a sus primos de regreso a casa, subió al cerro del que segundos antes habían bajado huyendo del peligro. Hacia arriba corrían desesperados, mientras la lluvia dejaba de caer y el sol, poco a poco, iluminaba una tragedia que ninguno de ellos quería ver ni confirmar en ese momento. Todos entraron asustados a la vivienda, gritando los nombres de Justo, de Morelia y el bebé a la espera de una respuesta de sus familiares. La contestación llegó pronto: Justo había sobrevivido. Cuando lo encontraron, a solo unos metros del cuarto donde dormía junto a su familia, él temblaba y lloraba. "¡Se los llevó!", gritaba Justo Pérez, "¡se los llevó!", volvía a repetir, perplejo, nervioso, tapándose luego la boca con sus manos, asustado por lo que acababa de vivir a sus escasos 25 años de edad. Gisela Sandoval empezó a llorar al ver lo ocurrido. El cuarto de su prima se encontraba destrozado. La roca que cayó sobre la casa ingresó por la parte lateral derecha y golpeó directamente una cama que ya no estaba y un ropero, que más abajo podía verse en pedazos, destruido, junto a la ropa del bebé y su madre. A un lado yacía también el cadáver de la pequeña mascota de la casa. En ese momento notaron, además, que la roca rebotó hasta el predio de un vecino que aún no había culminado su techo, y desde allí volvió a rebotar para pasar milimétricamente por la ventana de este mismo vecino, saliendo en dirección a la calle. Gisela Sandoval, al darse cuenta de ello, corrió hacia la calle, temerosa de que sus hijos también hubieran sido golpeados por la enorme roca. Afortunadamente, no fue así. Los vecinos, para ese momento, fueron saliendo de sus hogares, alertados por los gritos y llantos que lamentaban el fallecimiento de Morelia Muñoz y su bebé. La mayoría de ellos corrió hacia la casa destruida, no sin antes asegurarse del bienestar de sus propios familiares. Truenos y peligros Según las familias más antiguas de la zona, hace más de cinco años la Asociación Nuevo Progreso no sufre un deslizamiento de rocas tan fuerte como el ocurrido la madrugada de ayer. Durante los meses de enero, febrero, marzo y abril, cuando El Niño costero arremetió con sus fuertes lluvias y huaicos distintas ciudades del país, ellos no sufrieron un solo incidente dentro de su territorio, pese a estar ubicado entre quebradas y zonas calificadas de alto riesgo, por la cantidad de rocas que se ubican en la parte alta de los cerros. Esta falsa ilusión de seguridad en la zona hizo que la familia de Justo Pérez y Morelia Muñoz levantaran un pequeño predio en la parte media del cerro, ubicado exactamente en la Mz F de la mencionada asociación de vivienda. Allí levantaron un cuarto donde durante las últimas semanas se dedicaron a la producción de camisetas de la selección peruana. Su negocio también se perdió. Maltrato y adiós Cerca del mediodía, los cuerpos de Mariela Muñoz y el de su bebé llegaron hasta la Morgue Central de Lima. Los restos, que estaban envueltos con unas colchas, fueron trasladados en una camioneta de la Policía Nacional. Un acongojado Justo Pérez manifestó entonces su indignación porque los cadáveres de su familia estuvieron a la intemperie por cerca de media hora, mientras que los agentes demoraban los trámites en el interior de la morgue. Entre sollozos, Pérez contó que a las seis de la mañana salió a recoger la chompa de su bebé. Había llovido por casi media hora y se había escuchado un ruido. En ese instante, una roca cayó sobre la cabeza de su pareja y sobre el cuarto donde dormía el bebé. En pocos minutos perdió todo lo que tenía en la vida. El joven, natural de Satipo, solo tiene un familiar en Lima: su hermana. Casi no pronunciaba palabra, sumido en su propia tristeza, que ocultaba con un paño sobre su rostro. Hasta el lugar llegaron las hermanas de Mariela, quienes tampoco pudieron contener las lágrimas. Al sentirse maltratadas, pensaron abordar un taxi y llevarse a sus muertos, pero no lo hicieron. La asistenta social de la Municipalidad de San Antonio, Cira Lázaro, aseguró que ayudaría a la familia en los trámites para el velorio y el entierro, ceremonias que se anuncian tristes, como es siempre el último adiós. Claves Falta de recursos. La familia de Morelia Muñoz impidió durante casi dos horas el traslado de los cuerpos hacia la Morgue Central de Lima, pues dijeron que no cuentan con el dinero suficiente para retirarlos y darles cristiana sepultura. Apoyo. Los vecinos anunciaron que harán una colecta para ayudar a los deudos. Interviene el Minsa. Personal de la Dirección de Defensa Nacional del Ministerio de Salud llegó horas después al lugar de los hechos para evaluar las zonas de peligro. Anunciaron que capacitarán a los representantes de la comunidad para que sepan cómo actuar en casos de emergencias similares a la ocurrida ayer. Caída de rocas bloquea la vía que une Huánuco y Tingo María Como consecuencia de un huaico originado por las fuertes lluvias que golpean la zona, decenas de vehículos –entre buses, camiones y autos– quedaron varados ayer a la altura del kilómetro 19 de la Carretera Central, en la vía que une las ciudades de Huánuco y Tingo María. El desprendimiento de rocas se produjo, según los pobladores, durante la madrugada. De acuerdo con el último reporte del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), anoche todavía se trabajaba para tratar de liberar el camino. Se informó que hasta el distrito de Churubamba, donde se registró el deslizamiento, llegaron efectivos de la Policía de Carreteras. "No se han registrado daños materiales ni personales. En tanto, vehículos menores vienen utilizando diferentes vías alternas para poder llegar a su destino", detalló la entidad. La prensa local informó que al menos 170 vehículos quedaron atrapados durante varias horas. Centenares de pasajeros resultaron perjudicados por la interrupción del tránsito. De acuerdo con la versión de la Policía, el derrumbe ocurrió cerca de las 3 de la mañana. Luego de cinco horas, recién llegó una pequeña máquina retroexcavadora para iniciar el retiro de rocas. Esta la tercera vez que la vía queda interrumpida este año.