La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, tuvo una apretada agenda en su primer día de visita a Lima. Se reunió con representantes de organizaciones indígenas, pero también con familiares de Inti y Bryan, muertos por la represión policial de noviembre del 2020, y con periodistas enjuiciados.
Temprano, Bachelet recibió al apu Aurelio Chino, presidente de la Federación Indígena Quechua del Pastaza (Fediquep). Este explicó la grave situación que afronta la población afectada por la contaminación petrolera de los lotes 192 y 8 en el norte de Loreto. El apu dio a conocer la grave situación que afrontan sus pueblos por la actividad petrolera que ha afectado su salud y sus territorios por más de 50 años.
Foto: Composición/La República
Del mismo modo, expuso sobre la necesidad del Plan de Salud Intercultural, que lleva meses sin ser aprobado por la Presidencia del Consejo de Ministros y el Ministerio de Salud, lo cual arriesga el futuro de casi 500 comunidades nativas. Además, llamó a respetar los acuerdos de Consulta Previa del Lote 192, que llevan un año sin ser cumplidos.
La alta comisionada se mostró preocupada por el cumplimiento del Estado respecto a los derechos de los indígenas.
Más de 60.000 pobladores afectados .
Por la tarde, Bachelet escuchó los testimonios de Gisela Ortiz, hermana de uno de los estudiantes de la universidad La Cantuta secuestrados, torturados y asesinados en la dictadura de Alberto Fujimori; y de Sharmelí Bustíos, hija de Hugo Bustíos, periodista asesinado en Ayacucho y cuyo juicio tiene como procesado al candidato a alcalde de Lima Daniel Urresti.
También estuvieron Pacha Sotelo, hermana de Inti Sotelo; así como las defensoras ambientales Esmeralda Larota y Rita Suaña. Además, los periodistas Paola Ugaz y Christopher Acosta, quienes explicaron a la alta comisionada lo difícil que es investigar al Sodalicio y a los políticos con poder económico.