Diversos especialistas cuestionan al Gobierno por su iniciativa que busca que sicariato y extorsión sean delitos de terrorismo según anunció el ministro del Interior, Avelino Guillén.
“Estamos debatiendo en el Ministerio del Interior la posibilidad de tipificar el sicariato y la extorsión como terrorismo para agravar las penas y sancionarla como una modalidad de terrorismo”, dijo Guillén el último 15 de diciembre a la prensa.
Desde entonces, el Ministerio no ha dado más información sobre la iniciativa ni respondido las consultas de La República.
Avelino Guillén
Según la Policía, entre enero y noviembre del 2021, hubo en Lima 512 homicidios, de los cuales 225, es decir, el 44%, fueron sicariato. En el Callao, de 264 asesinatos en el mismo lapso, 206, el 78%, fueron por sicarios.
Sin embargo, diversos especialistas consideran un error la idea del Gobierno.
“Eso ya lo intentó Fujimori, creando el delito de terrorismo especial para someter estos casos al fuero militar, con una ley luego derogada porque esto no es terrorismo. Es algo que ha fracasado en el pasado”, dice el abogado penalista Carlos Caro.
“Es un error porque el terrorismo ya fue definido por el Tribunal Constitucional en sentencia del 2003 que la diferencia de los delitos comunes en que el terrorista busca cambiar por la fuerza el orden constitucional. Asimilar sicariato y extorsión a terrorismo iría contra esa sentencia del TC y toda concepción doctrinal y de derecho internacional del terrorismo”, añade.
El abogado penalista Alexei Sáenz, profesor de la Universidad de San Marcos, coincide en que “no podemos desnaturalizar delitos comunes en terrorismo”. “No distorsionar”, expresa.
Terrorismo en el Perú
Además, resalta que los delitos de sicariato y extorsión ya tienen elevadas penas en la legislación, aunque falta capacitación para que se la aproveche.
“Sicariato es el delito que más cadenas perpetuas tiene: cinco. No sé dónde más se puede agravar. En la reforma del 2015 fue la cereza del pastel. También se incorporaron otros supuestos al delito de extorsión. ¿Qué falló? No hubo capacitación para policías, jueces ni fiscales”, explica.
La antropóloga Cecilia Calarachín, consultora sobre criminalidad, considera “positivo que la actual gestión ponga en agenda esos delitos”, pero que se necesita una mirada integral.
“El fenómeno requiere un abordaje integral, no solo desde el aspecto normativo o haciendo más rigurosas las penas, sino también desde el ámbito preventivo y, especialmente, con el fortalecimiento de la Policía en investigación criminal”, anota.
Cuestionan iniciativa del Gobierno sobre agravar penas
También señala la diferencia de terrorismo con sicariato y extorsión. “Son fenómenos delictivos con características y motivaciones diferentes. Más allá de discutir detalles en tipificación o endurecimiento de penas, es importante integrar aspectos que permitan diseñar estrategias para reducir la formación de agrupaciones que se dedican a extorsión o sicariato”, dice.
Inseguridad. Según un estudio del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) presentado en junio pasado, el 82,3% de la población urbana en el Perú percibe que en los próximos doce meses podría ser víctima de un hecho delictivo. En Lima y el Callao, el 90,3%.
Según la Policía, sujetos se escondían en quinta tras cometer sus fechorías. Foto: Gianella Aguirre / URPI - LR