El ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Béjar Rivera, fue convocado la tarde del martes a Palacio de Gobierno por el mandatario Pedro Castillo para evaluar la crisis generada por las polémicas declaraciones del canciller en relación al inicio del terrorismo en el Perú.
El 24 de noviembre del 2020, en una conferencia virtual con el izquierdista Grupo Emancipador Perú, en el contexto de la represión a las protestas contra el gobierno de Manuel Merino en ese mismo mes, Héctor Béjar afirmó que ‘’el terrorismo en el Perú lo inició la Marina, eso se puede demostrar históricamente, han sido entrenados para eso por la CIA (la estadounidense Agencia Central de Inteligencia). También soltó que Sendero Luminoso “ha sido en gran parte obra de la CIA y de los servicios de inteligencia’'.
El programa Panorama divulgó la declaración de Béjar sobre la Marina el último domingo 15 de agosto, lo que desató no solo las críticas de la oposición en el Congreso sino también de la Dirección de Información de la Marina.
El instituto naval, que participó en la lucha antiterrorista entre 1980-2000, y cuyos efectivos se encuentran desplegados en la actualidad en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), combatiendo a la organización criminal de Víctor Quispe Palomino, expresó en el comunicado lo siguiente: “Constituye una afrenta contra los hombres y mujeres que lucharon y continúan luchando contra la delincuencia terrorista, contra las viudas, huérfanos y deudos víctimas de esta execrable acción, así como contra todos los hombres y mujeres que integran nuestra bicentenaria institución”.
Y añadió: “La Marina de Guerra del Perú deplora afirmaciones de esta naturaleza que pretenden distorsionar la historia de la pacificación nacional, reafirmándose en el cumplimiento de su misión constitucional de continuar la lucha contra el terrorismo, dentro del marco legal vigente”.
Béjar juró como ministro de Relaciones Exteriores el último 29 de julio. Foto: La República
Las expresiones de Héctor Béjar del 24 de noviembre del 2020 están referidas a acciones terroristas que grupos extremistas de derecha emprendieron contra los regímenes de los generales Juan Velasco Alvarado (1968-1975) y Francisco Morales Bermúdez (1975-1980), especialmente contra intereses del gobierno de Cuba en el país. Estas organizaciones evitaban que Velasco convirtiera al Perú en un ‘’satélite’' del régimen de Fidel Castro y presionaron a Morales Bermúdez para que rompiera con los cubanos.
Cables secretos de la embajada de Estados Unidos desclasificados por Wikileaks indican que al menos desde 1974 acciones terroristas de la extrema derecha comenzaron a registrarse.
En efecto, el 1 de enero de 1975, poco antes de asumir como ministro de Guerra y comandante general de la Marina de la Junta Militar del general Juan Velasco, una bomba fue detonada en las afueras de la residencia del almirante Guillermo Faura Gaig.
Los incidentes continuaron. El 22 de julio de 1977, el barco cubano Río Jobabó fue hundido por explosivos en el puerto del Callao. Y el 9 de octubre del mismo año, el navío cubano Río Damují también fue atacado, pero solo sufrió daños.
En un cable del Departamento de Estado norteamericano desclasificado por Wikileaks, y que está vinculado con estos incidentes, el embajador estadounidense en Lima en 1977, Harry W. Shlaudeman, reportó a Washington: ‘’Aunque no contamos con pruebas de la causa de la explosión (en el barco Río Damují), esto podría ser obra de elementos del sector derechista dentro de la Marina, como creemos que fue el caso del hundimiento del (barco Río Jobabó). Si este sería el caso, el incidente podría originar implicancias tanto internas y externas para el Gobierno del Perú'’.
El sector de la izquierda a la que pertenece Héctor Béjar comparte la opinión de que elementos navales de extrema derecha tuvieron participación en los atentados, pero formalmente no hubo juzgamiento de presuntos responsables.
Al mismo sector izquierdista corresponde la falsa versión de que la CIA organizó Sendero Luminoso, no obstante que notables estudios, como el elaborado por la Comisión de la Verdad y Reconciliación, señalan que fue obra de Abimael Guzmán Reinoso, luego de recibir entrenamiento ideológico y militar en la República Popular China, en 1965 y 1967. Pero Héctor Béjar repite la falsedad hasta ahora.
Ante la creciente ola de rechazo por las polémicas declaraciones de Héctor Béjar del 24 de noviembre del 2020 –actualizadas el último domingo por el programa Panorama–, desde el gobierno de Pedro Castillo surgieron deslindes. El primer ministro Guido Bellido declaró al respecto: ‘’Desde la Presidencia del Consejo de Ministros reafirmamos nuestro respeto y alta consideración por las Fuerzas Armadas y reconocemos el esfuerzo que desplegaron en la lucha contra el terrorismo y por la pacificación nacional. Lamentamos algunas declaraciones de integrantes del Ejecutivo’', señaló en su cuenta de Twitter.
Guido Bellido
El ministro de Defensa, Walter Ayala, también aclaró la posición del Gobierno: ‘’Respaldo a la Marina de Guerra del Perú (...). Hemos dicho que (conduciremos) una lucha frontal contra el terrorismo de manera frontal. No comparto las expresiones del canciller’', dijo.
Pero también precisó Ayala: ‘’Me he reunido con el canciller Béjar y me ha dicho que han sacado de contexto sus palabras. Me ha dicho que tiene amigos en la Marina porque durante quince años ha sido profesor del Centro de Altos Estudios Nacionales (CAEN). Me dijo que se refería a temas de hace quince años. Y que incluso ha sido víctima de Sendero Luminoso’'.
Walter Ayala
Sin embargo, no fue suficiente. La tercera vicepresidenta del Congreso, Patricia Chirinos, ha propuesto una Junta de Portavoces para citar a Béjar y que ofrezca explicaciones.
La propia Cancillería emitió un comunicado en el que señala que Héctor Béjar hará las aclaraciones necesarias cuando sea convocado por el Congreso.
‘’Desde hace algunos días se vienen difundiendo declaraciones realizadas por el doctor Héctor Béjar cuando no ocupaba ningún cargo público, las mismas que vienen siendo manipuladas, editadas, recortadas y sacadas de contexto con el propósito de desacreditarlo y obtener la censura del Ministro de Relaciones Exteriores’', se indica.
‘’Esta campaña sistemática de editar declaraciones antiguas sacándolas de contexto tiene como fin confundir a la opinión pública y presentar al canciller agraviando a las Fuerzas Armadas y a la Marina de Guerra del Perú, hecho que el ministro rechaza tajantemente’', informó la Cancillería. Béjar deberá dar satisfacciones ante el Congreso.
Durante los gobiernos militares de los generales Juan Velasco Alvarado y Francisco Morales Bermúdez, el primero de enero de 1975 se atentó contra el almirante Guillermo Faura Gaig, y el 22 y el 9 de octubre de 1977 contra los barcos cubanos Río Jobabó y Río Damují, ambos en el puerto del Callao.
Guillermo Faura Gaig
Río Damují
Río Jobabó
El ministro de Justicia, Aníbal Torres, quien calificó de “desafortunadas” las afirmaciones del canciller Héctor Béjar.
La exministra de Defensa Nuria Esparch calificó de “inaceptables” y un “insulto” lo declarado por Béjar en relación a la Marina y demandó “rectificación inmediata”.
El exjefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas general de división EP (r) César Astudillo Salcedo opinó: ‘’Rechazo absoluto al discurso antihistórico, caduco e infame de Béjar. Nuestro respaldo y reconocimiento a nuestra siempre gloriosa Marina de Guerra’'.
Ex altos mandos de la Marina emitieron un comunicado en el que deploraron las expresiones de Héctor Béjar, y demandaron un pronunciamiento del Ministerio de Defensa.
Antecedente. El 3 de diciembre de 1974, el gobierno de Velasco reportó el intento de asesinato de los ministros, los generales Edgardo Mercado Jarrín, Javier Tantaleán y Guillermo Arbulú.
Sospecha. En distintas oportunidades, el gobierno militar denunció que agentes de la CIA estaban infiltrados en algunos sectores de las Fuerzas Armadas para sabotear al ‘’gobierno revolucionario’'.
Por Andrés Gómez de la Torre, analista de Inteligencia
Héctor Béjar se habría referido a aspectos históricos del gobierno militar, particularmente entre 1973 y 1975, pero de manera incompleta y sesgada, cuando hubo una fuerte resistencia de un sector de la Marina, y hasta del propio Ejército, que veían como inviable la continuidad del general Juan Velasco Alvarado en el poder.
Béjar tuvo más acercamiento y empatía hacia el sector más de izquierda de los militares velasquistas, a los que los llamaron “los embobados por Cuba”. La única evidencia sólida y creíble de la actuación de la CIA en el Perú la ofreció el periodista Alfonso Baella en su libro El secuestro (1975), en el que alude a un puesto de escuchas telefónicas en el ex Centro Cívico, que operaba con la Marina y la embajada de Estados Unidos, y que habría intervenido los teléfonos fijos de Palacio de Gobierno.
Hubo muchos almirantes velasquistas, y los más notorios fueron Guillermo Faura y José Arce Larco, quienes luego fueron parte del Partido Socialista Revolucionario (PSR).
Sin duda que el terrorismo es un tema hipersensible para las Fuerzas Armadas, luego de las experiencias del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR) y Ejército de Liberación Nacional (ELN), entre 1958 1965, y del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), entre 1980 y 2000. Así que las sensibilidades están a flor de piel. Hay que ser muy cautelosos en las afirmaciones e interpretaciones que se hacen en temas tan delicados.
Así que el Congreso deberá asumir su función fiscalizadora que le corresponde. Y el ministro Béjar debe ofrecer las explicaciones pertinentes y someterse al escrutinio del Pleno.
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