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Política

Un año tras la última decisión de Alan García

En la mañana del miércoles 17 de abril de 2019 el país se paralizó una vez más: el expresidente Alan García se disparó cuando agentes de la justicia peruana fueron a detenerlo.

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Alan García Pérez durante toda su vida negó haber cometido ningún crimen o delito, pese a las evidencias en su contra. Composición: Fabrizio Oviedo/La República.

“¿Es la preliminar?” fueron las palabras que pronunció Alan García Pérez al bajar de su cuarto y ver en su sala al fiscal Henry Amenabar, adjunto del Equipo Especial del caso Lava Jato, al comandante Guillermo Castro y seis policías de la Diviac.

Amenabar le respondió inmediatamente que se trata de una resolución judicial y que baje para que lo firme, según las declaraciones del jefe de la Diviac difundidas por ATV Noticias. El dos veces presidente de la República insistía en conocer la causa de la diligencia fiscal.

Al no tener respuesta, García Pérez se enderezó, respiró profundo llevándose la mano derecha al pecho. Al ver que uno de los agentes se dirigía a la escalera, pidió unos minutos para llamar a su abogado.

Comenzó a subir las escaleras presurosamente, cuando de manera casi imperceptible con su mano derecha sacó el arma de fuego que tenía guardado en el bolsillo de su pantalón dirigiéndose a su habitación.

Al llegar cerró con llave, dentro llamó por teléfono a Ricardo Pinedo, para contarle sobre la orden de detención en su contra, y a su pareja Roxanne Cheesman, para despedirse, y según ella comentó luego, decirle cuánto la amaba.

Pasados unos minutos, los efectivos policiales se dirigieron a la habitación para forzarlo a bajar, en ese momento escucharon el disparo del revólver Colt calibre 38 que tenía escondido el exmandatario.

Inmediatamente la Policía forzó el ingreso a la habitación y encontró a Alan García sentado y con una herida de bala en la sien. Tan solo habían pasado 10 minutos desde las 6.21, según difundió Perú21, hora en la que el fiscal y los policías llegaron a la vivienda de ese 17 de abril de 2019

Última noche de Alan García

Un día antes de su suicidio, Alan García se dirigió a dictar su clase de maestría en el Instituto de Gobierno y de Gestión Pública que dirigía en la Universidad San Martín de Porres.

“Bueno, queridos estudiantes, hemos terminado hoy día. No sé cuándo nos volveremos a ver. Parece que quieren detenerme, mil disculpas por eso. Si ocurre, designarán a otro profesor. Nos volveremos a ver... Claro, si es que no me sucede nada”, les dijo García Pérez.

Ese día brindó entrevistas a distintos canales de televisión, al conocerse que su detención sería próxima, siendo la última de ellas al periodista Carlos Villarreal de RPP.

¿Es usted consciente de que esta entrevista puede ser la última que dé en libertad?”, preguntó el comunicador. “Muchas veces he escuchado eso y nunca se ha cumplido”, respondió García.

Pero, sinceramente ¿está usted preocupado, nervioso o temeroso de una medida radical?”, replicó Villarreal, el expresidente pronunció un débil “No”.

Yo confío en la historia, soy cristiano, creo en la vida después de la muerte, y creo tener un pequeño sitio en la historia del Perú”, enfatizó Alan García.

Muerte de Alan García Pérez

La prensa ya se encontraba en las afueras de la casa del expresidente en la mañana del 17 de abril. El fiscal junto a los policías trasladaron inmediatamente a Alan García, que aún tenía signos de vida, al Hospital Casimiro Ulloa.

Militantes y políticos apristas llegaron al nosocomio y realizaban arengas en los exteriores del establecimiento. Zulema Tomás, entonces ministra de Salud, también se dirigió al lugar para monitorear las acciones del caso.

Pasadas las 10 de la mañana, casi cuatro después de intervenirlo en el hospital, el secretario personal de Alan García, Ricardo Pinedo, confirmó que la muerte del expresidente.

Ha fallecido Alan García. ¡Viva el Apra!”, exclamó Pinedo en los exteriores del centro médico. “¡Viva el Apra! ¡Viva Alan García!”, siguieron en arengas los apristas.

Alan García: “Dejo mi cadáver como una muestra de mi desprecio a mis adversarios”

Los restos de Alan García fueron trasladados a la Casa del Pueblo en la tarde del 17 de abril para ser velados. Al lugar llegaron sus allegados, así como su familia.

La actividad continuó hasta el día siguiente, cuando su hija Luciana García leyó la carta que el exmandatario había escrito días antes de su muerte, hecho que demostrada que esta era la salida que había preferido antes de ser detenido.

Por muchos años me situé por sobre los insultos, me defendí. Y el homenaje de mis enemigos fue argumentar que Alan García era muy inteligente como para que ellos no pudieran probar sus calumnia.

No hubo ni habrá cuentas ni sobornos ni riqueza, la historia tiene mas valor que cualquier riqueza natural. Nunca podría haber precio suficiente para quebrar mi orgullo de aprista y de peruano. Por eso repetí: otros se venden, yo no.

Cumplido mi deber en la política y en las obras hechas en favor del pueblo, alcanzadas las metas que otras países o gobierno no han logrado. No tengo por qué guardar vejámenes.

He visto a otros desfilar esposados guardando su miserable existencia, pero Alan García no tiene por qué sufrir esas injusticias y circos. Por eso le dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones, a mis compañeros una señal de orgullo y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios porque ya cumplí la misión que me impuse.

Luego de la lectura de la misiva, el hijo menor de edad de Alan García, Federico Danton, se inscribió en el partido político Apra frente al ataúd de su padre.

Alan García y José Domingo Pérez

El fiscal José Domingo Pérez señaló sentirse impactado al conocer que el ex jefe de Estado Alan García tuvo intención de tomar represalias en su contra por la investigación que le seguía, según el testimonio de un colaborador eficaz.

Al respecto, el fiscal superior Rafael Vela, coordinador del Equipo Especial Lava Jato, recordó que García al enterarse de la diligencia en su contra descendió de su segundo piso portando un revólver y, tras corroborar que Pérez no estaba en el lugar, regresó hasta el ambiente en el que finalmente se disparó en la cabeza.

“Lo aparatoso que pudo haber sido el resultado, también nos puede llevar a que si una persona puede privarse la vida, puede hacer lo mismo con otra persona, que era lo que se había revelado en probabilidad. De hecho, el señor García, las imágenes así lo revelan, baja con un revólver y verifica quién era el fiscal que estaba ejecutando la decisión judicial, no ve al señor Pérez y regresa raudamente”, comentó.

La Fiscalía imputaba al líder del Apra del delito de lavado de activos, por presuntamente recibir sobornos de Odebrecht para la adjudicación de los tramos 1 y 2 de la línea 1 del Metro de Lima y para beneficiarlos en la construcción de la carretera Interoceánica.

Jorge Barata, exrepresentante de Odebrecht en Perú, confirmó a las autoridades peruanas que había entregado $200.000 a la campaña de García, a través de Luis Alva Castro, otro miembro del APRA.

Alan García Pérez con su muerte impidió que la justicia peruana pueda seguir investigándolo y posiblemente enjuiciarlo por los delitos que habría cometido. No obstante, los otro miembros de la presunta red criminal continúan investigados.