Por: Edgar Gamboa H.
Tras pasar la noche del sábado internada en la Clínica Centenario Peruano Japonesa, adonde fue llevada desde el penal Santa Mónica por males cardíacos, Keiko Fujimori ya se encontraría estable, pero por prevención seguirá hospitalizada mientras le practican una serie de pruebas para descartar complicaciones. Permanecerá con custodia policial y visitas restringidas.
Así lo dio a conocer su cardiólogo particular, Juan Menéndez García, responsable del informe médico en el que se recomienda al Instituto Nacional Penitenciario (INPE) autorizar el traslado de Keiko Fujimori a un centro asistencial.
Según Menéndez, la presidenta de Fuerza Popular padecía dolor torácico intenso, cefalea y otros síntomas vinculados a la hipertensión arterial desde hace más de quince días, dolencias que se habrían incrementado el último sábado.
“En el centro de reclusión se realizaron exámenes básicos, pero se requiere, por el dolor torácico, triglicéridos elevados y estrés, practicar otras pruebas complementarias para descartar un mal cardiovascular. Afortunadamente su estado de salud se ha estabilizado en las últimas horas”, declaró.
Al respecto, el esposo de Keiko Fujimori, Mark Vito, dijo que su cónyuge se resistió a ser atendida hasta el final. “Este dolor de pecho lo ha tenido todos los días en los últimos quince días. Tengo entendido que no quiso venir antes de la casación para evitar cualquier tipo de mala interpretación”, señaló.
De otro lado, el internamiento de Keiko Fujimori desató una serie de manifestaciones políticas.Los congresistas Miguel Torres y Rosa Bartra, por ejemplo, calificaron como un exceso los 18 meses de prisión preventiva, mientras que la abogada Guiliana Loza denunció un trato inhumano del INPE.
A su vez, el fiscal Rafael Vela respondió que el pedido de prisión preventiva se hizo en el marco de la legalidad. “Nosotros habíamos postulado 36 meses, pero la Corte Suprema redujo a 18 y tenemos que respetar el estado constitucional de derecho”, declaró.