Por: David Pereda
Dirigentes y militantes de bases del Apra que discrepan de la cúpula de la organización y de sus congresistas buscan la reestructuración y la elección democrática de nuevas autoridades partidarias. Apuntan a superar el dominio de sus compañeros Elías Rodríguez, Mauricio Mulder, Javier Velásquez y Jorge del Castillo, entre otros líderes.
La declarada acefalía del Apra motiva coordinaciones de apristas, que cuestionan a la alta directiva, a impulsar la renovación de los máximos cargos en el partido.
En marzo del 2018, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) desconoció la inscripción de la dirigencia aprista por diversas irregularidades en los comicios internos. Ante esa decisión, la cúpula de los apristas funcionales al expresidente Alan García designó entonces un comité para que organice un congreso nacional en que se elija otra vez a los directivos del partido.
Los apristas críticos consideran que este comité no garantiza un proceso democrático. Advierten que quien lo preside, Adolfo de Córdova, es suegro de Ricardo Pinedo, el fiel secretario de García hasta su deceso.
Un grupo de apristas “rebeldes” evalúa armar un Comando de Acción Nacional, órgano previsto para situaciones de emergencia. Según normas del Apra, cuando no hay dirigencia clara, se pueden formar estas instancias para encauzar la reorganización. Un Comando Nacional realizaría un congreso en que se elija nuevas autoridades partidarias que representen a los militantes.
Ya se ha formado el denominado Comando de Acción de Lima Metropolitana del Apra, que se reúne en el local de la base del distrito limeño de San Borja. Sus líderes coordinan con apristas de regiones.
“Hay compañeros capaces para asumir la dirección del partido a nivel nacional”, dice Arturo Ojeda, coordinador del Comando de Acción de Lima.
Estos apristas propugnan la línea del partido de izquierda democrática y aspiran a la reinstauración de la Constitución de 1979. Por eso rechazan “la alianza fujialanista” de los congresistas de la estrella y critican el segundo gobierno de García.
“Hizo un gobierno de derecha, ajeno a los postulados del partido”, dice Rafael Sánchez, secretario de base de San Borja.
Líderes como el exconstituyente Carlos Roca disertan en encuentros de militantes organizados por este grupo de Lima.
Este comando se movilizó en varios momentos en divergencia con la cúpula, por ejemplo, contra el fiscal Pedro Chávarry.
Al reconocer el riesgo de que no se realice el congreso nacional encargado a De Córdova o que sea amañado, estos apristas intensifican conversaciones con compañeros del interior del país para unir fuerzas.
“En la macrorregión sur coordinamos para que se forme un Comando Nacional con tareas extraordinarias, que llegue a la elección de nuevas autoridades en otra estructura partidaria”, dice Guido Herrera, destacado aprista desde Moquegua.
En el sólido norte, el ‘compañero’ César Paucarcaja encabeza el Movimiento 7 de Julio que propulsa la renovación aprista. Saluda el esfuerzo de los impulsores de una Comando de Acción Nacional, pero no está seguro de que logre su propósito. “La salida es muy complicada, hay dificultades legales”, aduce.
Coincide en la crítica a la cúpula y la bancada del Apra, sobre todo por sus cercanías con el fujimorismo sin consultar acciones con las bases del partido.
“Elías Rodríguez, Mulder, Velásquez, Del Castillo actúan a título personal, no tienen representación de las bases”, anota.
Resalta, además, presuntos vínculos de los congresistas con las mafias de ‘Los Cuellos Blancos’, ‘Los Wachiturros de Tumán’ y el clan de los Sánchez Paredes.
En Piura, el conocido aprista Eduardo Rodríguez, exdirigente nacional del partido, coordina con el Comando de Lima y organiza un encuentro ideológico entre militantes de su región.
“Para salir de la crisis del partido, debemos encontrar nuestras raíces ideológicas. Somos un partido de izquierda democrática no de derecha ni como fujimorismo”, sostiene.
Reconoce que se forman grupos en varias regiones “que aún no nos hemos juntado”. Pero que llegará su momento.
La propuesta de adelantar elecciones generales marca otra discrepancia entre la alta dirigencia aprista y varias de sus bases.
“Es la única salida al boicot sistemático que el fujialanismo ha emprendido contra el Poder Ejecutivo”, dice el Comando de Lima en comunicado.
El Movimiento 7 de Julio, de La Libertad, rechazó la negativa de la bancada aprista a dialogar con el gobierno sobre su propuesta. “(Esto) atenta contra la estabilidad democrática”, expresó.