Con votos de Fuerza Popular, topos, aliados y la leguleyada.,La elección de Daniel Salaverry como presidente del congreso constituye una victoria pírrica para Fuerza Popular (FP) porque va a reforzar su aislamiento político e incrementar bastante su desprestigio, al costo de perjudicar su perspectiva electoral. Salaverry fue escogido por Keiko Fujimori –pues ella impone eso en FP, como reconocen sus mototaxistas– como premio por su papel crucial en la caída de Pedro Pablo Kuczynski. El triunfo fue posible gracias al emblemático guarismo de 69 votos: 59 de FP, tres accesitarios que oportunamente reemplazaron a los ‘avengers’, y otros siete entre topos y aliados como Yeni Vilcatoma –quien se sacó el disfraz–, Edwin Donayre, Pedro Olaechea, Julio Rosas y apristas. La ‘victoria pírrica’ alude a Pirro, rey de Epiro, quien tras vencer a los romanos al costo de miles de hombres muertos, dijo: “Otra victoria como esta y volveré solo a casa”. Eso va a significar para FP esta retención de la mesa directiva del congreso para el periodo 2018-2019. Primero, porque FP está hoy más solo que nunca. Expresión de ello es que, a diferencia de los dos años previos de este lustro político, la mesa directiva ahora será totalmente naranja. Segundo, porque, justo cuando el país exige ética en las autoridades, FP reitera su vocación por el atajo para sacarle la vuelta a la ley cuando la circunstancia lo requiere. La inscripción de escándalo de Vilcatoma fue defendida por la doctora del Jr. Azángaro en que se ha convertido la congresista Úrsula Letona, quien apuesta a que, así, Keiko Fujimori la elegirá un día para presidenta del congreso. Tercero, la bancada de FP está quebrada. Ayer renunció Paloma Noceda y sus integrantes fueron obligados a mostrar su voto para evitar disidencias, incluyendo a Yesenia Ponce que lo enseñó como voucher del pago por recibir una sanción leve. Cuarto, el autoritarismo mostrado por FP en el congreso tras una presidencia lamentable de Luis Galarreta –que con una aprobación de solo 8% acaba como uno de los peores presidentes de la historia del parlamento peruano–, ha producido una coalición de todos los otros partidos, con excepción del Apra. Quinto, FP ha mostrado en el congreso que carece de propuestas más allá de oponerse a la lucha anticorrupción, como ha ocurrido en estos días. Y sexto, por todo lo anterior, se ha reforzado el desprestigio de FP en la opinión pública por la constatación de que Keiko Fujimori no aprendió nada del gobierno de su padre o, más bien, aprendió todo del fujimontesinismo de los noventa.