Concentración del poder a costa de mella en su imagen.,Si lo más importante que ha ocurrido en la política este año no es un relevo presidencial sino una fuerte concentración de poder en Keiko Fujimori, corresponde evaluar, al igual que los cien días de Martín Vizcarra en Palacio, cómo le fue a la jefa de Fuerza Popular en dicho periodo. No es poco lo que consiguió en estos cien días desde la caída de Pedro Pablo Kuczynski que ella promovió, administró y descabelló. Primero, liquidó con un hat-trick a quienes percibía como sus rivales políticos: PPK y Kenji y Alberto Fujimori. Ahora los tres son historia y corren el riesgo de acabar en la cárcel. Segundo, prácticamente ha reconstituido su mayoría en el congreso luego de la fragmentación de FP por la partida de los diez ‘avengers’ de su hermano Kenji, gracias a la expulsión de este y de dos de su grupo, y su reemplazo por tres disciplinados, así como el soporte de varios topos que, formalmente, son ‘no agrupados’ pero, en la práctica, votan como ella indique. A este grupo al que ya pertenece Yeni Vilcatoma, se han sumado Jorge Castro, Pedro Olaechea, Edwin Donayre, entre otros, y los que mediante el chantaje por algún ‘anticucho’ no resuelto, les tuercen la dirección en votaciones específicas. En ese congreso, además, FP ha constituido una plataforma para la persecución de políticos y periodistas incómodos a sus posiciones. En la misma línea van los disparos legislativos contra sectores de los que quiere vengarse por la derrota 2016 y debilitar con miras a la campaña 2021, como la prensa. Asimismo, están los esfuerzos subalternos por reescribir una historia que recree un pasado según su conveniencia, y acomodar la educación a ese fin. Tercero, Keiko Fujimori ha logrado establecer un gobierno que le sirva funcionalmente a sus objetivos, con un premier que parece actuar como si ella fuera la presidenta. Eso es lo que Keiko Fujimori ha conseguido en estos cien días para avanzar en sus objetivos: 1. Ser presidenta del Perú; 2. Reconstruir su imagen que está muy debilitada; 3. Superar cualquier amenaza judicial. 4. Recomponer su partido; 5. Apoyar a un gobierno con el cual establecer una relación amigable que, por acción u omisión, facilite su candidatura 2021. El problema de Keiko Fujimori es que, en ese embate, ha demostrado que con tal de ganar una elección es capaz de todo, incluso actuar con estilo fujimontesinismo, algo que perjudicará su candidatura, salvo que logre eliminar la segunda vuelta y eliminar postulantes con el argumento increíble de fortalecer la democracia.