El aprovechamiento personal de la lucha anticorrupción.,La lucha anticorrupción ha entrado en una desconfianza profunda y creciente porque varias autoridades responsables de sacarla adelante la usan de manera subalterna para satisfacer sus intereses propios. El comportamiento sospechoso, arbitrario y zigzagueante del fiscal Germán Juárez Atoche y del juez Richard Concepción Carhuancho en el proceso a Ollanta Humala y Nadine Heredia, es una de las explicaciones más notorias y recientes del desprestigio de la lucha anticorrupción, pero no es, en modo alguno, la única. El lunes, cuando Concepción Carhuancho inició el proceso para incautar la vivienda de Humala y desalojar de la misma a su familia en unas pocas horas, surgió una cadena de reacciones contrarias a la decisión de este juez, la cual fue jugada en pared con el fiscal Juárez. Esta columna opinó que el fallo de Concepción estaba dinamitando la lucha anticorrupción por la sensación que dejaba de que la justicia no es tan ciega ni que la balanza está bien equilibrada pues las cortes deciden según quién tengan por delante. Pero las críticas a Concepción vinieron ese lunes de casi todos los sectores políticos, incluyendo de los que han sido opositores, antagónicos y críticos de Humala y de su gobierno. Poco después, sin embargo, el libreto fue reajustado, y el que marcó la pauta del cambio fue el congresista Héctor Becerril cuando en una entrevista señaló, el martes, que la incautación de la casa de Humala era una suerte de contubernio del poder judicial para victimizarlo y promover su retorno a la política. En línea con esa afirmación tan peculiar de este muy peculiar congresista, varios sectores cercanos al pensamiento de Fuerza Popular pasaron a victimizar a Concepción y a Juárez, con el argumento de que las críticas a ambos eran una estrategia para desprestigiarlos y sacarlos del caso, lo cual, según los defensores de esta posición, introduce sospecha en la lucha anticorrupción. Por donde se mire, como se ve, hay una desconfianza creciente debido a su politización por parte de sectores que no creen que la lucha anticorrupción debe ser un fin en sí mismo, sino medio para la lucha política. Así es desde la comisión parlamentaria lava jato, hasta fiscales, jueces y procuradores que ven en la lucha anticorrupción un trampolín a la fama. Queriendo varios ser gente de prestigio internacional como Sérgio Moro o José Ugaz, solo pudieron ser Richard Concepción Carhuancho, Germán Juárez, Yeni Vilcatoma, Katherine Ampuero o Julia Príncipe.