Para entender al primer equipo del nuevo gobierno.,El primer equipo ministerial de una presidencia ayuda a entender al aún desconocido gobierno. Algunas claves del gabinete presidido por César Villanueva para preveer lo que quiere el presidente Martín Vizcarra: 1. Gabinete hijo de la vacancia. Villanueva fue el operador político del proceso de vacancia que terminó en la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski, al punto que fue designado vocero de las fuerzas detrás del plan. Aunque lo negara, al final el presidente Vizcarra lo nombró premier. Salvador Heresi también jugó un papel clave al exigir, por la difusión de los ‘keikoaudios’, la renuncia del presidente pues hizo ver que PPK ya no tenía ni los votos de PPK, y quedó como ministro de Justicia. El Frente Amplio de Marco Arana logró el MIDIS para una militante. Fuerza Popular quedó encantada con este gabinete que parece ‘conversado’, con algunas personas de pensamiento cercano como Daniel Córdova en Produce. 2. Regionalista. El presidente y el premier han sido gobernadores regionales y el titular del MTC, Edmer Trujillo, gerente general de Vizcarra en Moquegua. Suficiente para una mirada provinciana al gobierno central, que viene bien. La Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales dará un fuerte respaldo al gobierno. 3. Conocimiento del sector público. Con siete viceministros a bordo y varios funcionarios, es un gabinete integrado por profesionales competentes y la capacidad de moverse bien en el estado. Varios deben haber interactuado con Vizcarra, Villanueva y Trujillo. Es una diferencia con el gabinete anterior con técnicos con poco conocimiento de la burocracia, lo cual era un problema. Se ve que la muchachada de la Pacífico fue cambiada por la de la PUCP. Ya les tocaba. 4. Apolítico. En términos políticos, parece un gabinete de ‘medio pelo’, quizá porque, con tanto halago fujiaprista, creen no necesitar juego político. Parecería que el congreso quiere ministros metidos en sus sectores y que no se metan en otras cosas pues eso podría molestar el arreglo político que sustenta la ‘buena’ relación ejecutivo-legislativo. 5. Sin ánimo reformador. No se vislumbra interés por grandes reformas sino más por reactivar y por acelerar la inversión con más eficiencia. Tampoco se perfila interés por lucha anticorrupción, incluyendo la madre de todos los vicios: la reforma política. 6. Hakuna Matata. Es un gabinete que busca contentar a todos. Pero, ojo, como dice Woody Allen, “no conozco la clave del éxito, pero sé que la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo”.