.“La mejor posibilidad que tienen de sobrevivir (los dos vicepresidentes en un escenario sin PPK) es que Martín Vizcarra construya un frente democrático que culmine el mandato. Es lo mejor para el país” (Eduardo Dargent en El Comercio, 16/12/17). • “Quizá la opción menos dolorosa y traumática sea la de un gobierno de transición, con cualquiera de los dos vicepresidentes, que convoque elecciones en el más breve plazo posible” (Fernando Rospigliosi en El Comercio 16/12/17). • “(PPK), refractario a los consejos, inmune a la sensatez, insistió en marchar alegre hacia el precipicio” (Mario Ghibellini en Somos, 16/12/17). • “En lugar de enfrentar al fujimorismo, PPK optó por entregarle más y más poder (…) le entregó la dirección del BCR, la SUNAT, la Defensoría del Pueblo (…) Un hito decisivo en su caída fue la decisión de PPK de no exigir un voto de confianza para su ministro de Educación, Jaime Saavedra, ni salir en su defensa cuando los fujimoristas pidieron su cabeza (…) Quienes acusan de corrupto a PPK son corruptos con un mayor prontuario, y hoy asistimos a un nauseabundo festival de cinismo” (Nelson Manrique en La República, 19/12/17). • “El gran responsable de su propio destino ha sido el presidente, por no haber entendido que la situación política de la que partía –un gobierno con mayoría parlamentaria en contra– debía haberlo llevado a cogobernar con ella o a confrontarla para sobrellevar el impasse. PPK jugó a nada. Ni uno ni otro camino (…) Hoy el escenario resulta de peor pronóstico. Políticamente, se ve difícil que PPK se reinvente y recomponga niveles mínimos de gobernabilidad si se diera el caso de que la vacancia solicitada no prosperase (…) No cabe la vacancia de PPK. Lo que cabe es su renuncia. Por incapacidad política permanente (…) Le haría mucho bien al país y a la democracia que PPK tuviese la dignidad de dar ese paso. Hay que acortar la agonía: en la actual circunstancia es imposible que mantenga el liderazgo mínimamente necesario para que los tres años y medio restantes no sean un infierno” (Juan Carlos Tafur en El Comercio, 19/12/17). • “¿Habremos aprendido algo de la reciente crisis? El presidente de la República fue sacudido hasta la médula. ¿Aprendió algo?” (Eduardo Gastelumendi Dargent en El Comercio, 24/12/17). • “Si la vacancia se hubiese concretado, hoy todo sería un caos. Y del caos nunca sale nada bueno” (Alberto Odría en El Comercio, 24/12/17). • “El indulto a Fujimori no ha solucionado ninguna crisis, ni va a motivar ‘reconciliación nacional’ alguna. Por el contrario, ha agudizado los conflictos y abierto un escenario muy complejo en que lo último que interesa es el destino de Pedro Pablo Kuczynski” (Nelson Manrique en La República, 26/12/17). • “No es el momento del silencio tipo avestruz que quiere que pasen los días. Es tiempo de explicar, porque es lo único que cambiará la agresiva posición de un sector de los ciudadanos (…) No hay que permitir que la percepción genere una indignación que sea irreversible, porque esto puede afectar la gobernabilidad” (Juan Sheput en Perú21, 26/12/17). • “El presidente Kuczynski juega con fuego y no sabe cómo contenerlo o apagarlo. Invoca y moviliza los espíritus primarios de la sociedad peruana y no lo hace en base a un gran proyecto nacional sino a un, hoy visto como vulgar, objetivo de quedarse en el poder (…) Todo hace pensar que PPK seguirá siendo el mismo gobernante mediocre que nos ha gobernado este año y medio (…) Un presidente puede ser malo, hasta eso se puede tolerar en aras de la gobernabilidad democrática. Lo que no puede es perder la convocatoria moral mínima, como lo acaba de hacer PPK” (Juan Carlos Tafur en El Comercio, 26/12/17). • “No me extraña que muchos perciban el arreglo entre PPK y Fujimori como el inicio de una era dorada. Nuestro Pacto de la Moncloa lumpen (…) Tal vez el patriarca, con ternura o a cocachos, amista a Kenji y a Keiko –los Pimpinela de nuestra política– y vuelve el fujimorismo de siempre; reemerge la coalición histórica cuya agenda consiste en negocios para los de arriba y pan y circo para los de abajo. Ese es el verdadero anhelo de reconciliación (…) Desde la ciudadanía solo podemos constatar que viajamos a la deriva en manos de dos abuelos de la nada” (Alberto Vergara en El Comercio, 31/12/17).