La relación futura entre el gobierno y Fuerza Popular.,La cita entre Pedro Pablo Kuczynski y Keiko Fujimori poco antes del mensaje presidencial, trajo una tregua entre el gobierno y la oposición, pero no va a significar un pacto ni la erradicación de la belicosidad del fujimorismo hacia el gabinete. Las primeras expresiones de buena voluntad tras la cita en Palacio fueron la suspensión de los pullazos fujimoristas contra el gabinete; la elección de la propuesta del gobierno, con los votos de Fuerza Popular, del contralor Nelson Shack; y la presentación por parte del presidente de cinco iniciativas legislativas que habían sido coordinadas entre el premier Fernando Zavala y el secretario general de FP José Chlimper. Pero apenas terminó el mensaje presidencial de fiestas patrias se reinició el fuego cruzado fujimorista contra el gobierno, empezando por el flamante presidente del congreso Luis Galarreta, quien ofreció varias entrevistas periodísticas en el fin de semana en las que ensayó su cambio de actitud para estar a la altura del nuevo puesto, pero sin dejar de criticar al presidente PPK, de quien dijo que ni tiene norte. Sin embargo, aunque Galarreta esté buscando un estilo más sutil, no ha abandonado el antagonismo con el gobierno como norte, incluyendo la mención ayer en la entrevista que dio en RPP de que él representa al primer poder del Estado, tratando de ponerse por encima de PPK. Eso del ‘primer poder del Estado’ es una paparruchada que no aparece en la constitución –ni en la de 1979 ni en la de 1993– y no pasa de ser una triquiñuela lamentable inventada por el Apra desde los tiempos de Víctor Raúl Haya de la Torre para demoler gobiernos y traérselos abajo a través de alianzas parlamentarias. Por ello, haría bien Galarreta en leer la constitución y no dejarse llevar de las narices por su coach aprista en la mesa directiva. Los disparos fujimoristas –con la colaboración aprista– contra el gobierno no van a cesar no obstante el eventual mejor entendimiento entre PPK y Keiko. Así, se sigue barajando interpelaciones a las ministras Patricia García (Salud), Fiorella Molinelli (Midis) solo por su participación en Chinchero, y Marilú Martens (Educación) usando una denuncia periodística contra ella sin fundamento. De este modo, la política peruana va a pasar por una ‘tregua de alta intensidad’, ya sea porque los miembros de FP pueden creer ahora que portarse como salvaje te puede premiar –tal como ocurrió con Galarreta–, o porque va a usar una escopeta de dos cañones naranjas.