El último domingo 14 de abril marcó una jornada trágica para la alcaldía de Coyoacán, en Ciudad de México, donde un helicóptero se precipitó cerca de las concurridas avenidas Azteca y del Imán. Este incidente no solo atrajo a numerosos equipos de emergencia, sino también provocó una intensa cobertura mediática debido a la habilidad del piloto, lo que posiblemente limitó el alcance de la tragedia.
El evento se reportó poco después de las 7.00 de la noche, cuando se observó una gran columna de humo elevándose desde el sitio del accidente. El secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez Camacho, fue uno de los primeros en confirmar el suceso y aseguró que no existía riesgo inminente para los residentes cercanos ni para las estructuras adyacentes. En su declaración, destacó que tres individuos habían perdido la vida como resultado del incidente.
La tragedia cobró la vida de tres personas, confirmadas por Vázquez Camacho. Además, el jefe de Gobierno, Martí Batres, aseguró que los equipos de emergencia, que incluyen a bomberos y paramédicos, respondieron prontamente al llamado. La respuesta rápida fue crucial para controlar el incendio resultante y para iniciar las labores de investigación y rescate.
Aún se investigan las causas precisas del accidente. Sin embargo, imágenes y testimonios de testigos sugieren que el piloto realizó una maniobra evasiva, lo que podría haber resultado en una tragedia aún mayor. La pericia del piloto, identificado preliminarmente como Armando Cervantes, de 65 años, está bajo revisión, junto con la condición mecánica de la aeronave.
Según declaraciones recogidas por medios locales, incluido Foro TV, el piloto habría luchado por mantener el control del helicóptero antes de la caída. Un testigo mencionó que Cervantes, con licencia de vuelo vigente, logró desviar la trayectoria del aparato en un último esfuerzo por evitar zonas densamente pobladas. La aeronave iba a impactar contra un mercado, pero gracias a la acción del hombre se evitó que esto no se dé. El acto de valentía es destacado como un elemento crítico que pudo haber minimizado el número de víctimas.
El helicóptero involucrado en el accidente en Coyoacán era un vehículo privado, no un helicóptero Cóndor como se especuló inicialmente. La información específica sobre el modelo o tipo exacto del helicóptero no se detalló en el informe, pero fue descrito simplemente como una aeronave privada que se estrelló en un terreno utilizado para almacenar vehículos de transporte.