En 2010, cuando Cristina Fernández de Kirchner era presidenta de Argentina, visitó el Perú para el relanzamiento de la relación bilateral entre ambos países. En esa oportunidad, la mandataria pidió disculpas por la venta de armas de Ecuador en 1995.
“Esta es una visita de desagravio institucional y de reparación histórica”, dijo Fernández ante el fallecido expresidente peruano Alan García.
“Luego de tanto tiempo de enfriamiento y de distancia (refiriéndose a la polémica que alejó a ambos países), este es el punto final de un enojoso incidente que jamás debió ocurrir, pero que no mella la larga historia de nuestra amistad”, contestó el entonces mandatario.
En una ceremonia solemne en el Palacio de Gobierno, los jefes de Estado firmaron un tratado de asociación estratégica y estrecharon las manos a fin de dejar atrás más de 16 años de congelamiento bilateral.
Entre enero y febrero de 1995, Perú y Ecuador se enfrentaron en una guerra en la cuenca del río Cenepa. Cuando el conflicto finalizó se dio a conocer la historia de la traición que involucraba a Argentina, país garante del Protocolo de Río de Janeiro de 1942, el cual delimitó las fronteras entre ambas naciones.
En aquel entonces, el diario Clarín denunció que el presidente Carlos Menem firmó tres decretos entre 1991 y 1995, en los que se autorizaba la venta de armamento a Panamá y Venezuela. Estas armas se desviaron hacia Ecuador y Croacia.
De acuerdo al medio citado, la nación albiceleste vendió 6.500 toneladas de armas y municiones a Ecuador. El hecho fue descubierto por el periodista Daniel Santoro y denunciado un mes más tarde ante la justicia por el abogado Ricardo Monner Sans.
El escándalo fue mayor, ya que Argentina era garante de las relaciones pacíficas entre Perú y Ecuador, además de que existía un embargo de armas a Croacia, que estaba en guerra con la antes llamada Yugoslavia en aquel entonces.
Foto: AFP
Por este hecho, el expresidente Carlos Menem estuvo preso por unos meses durante 2001 y ocasionó la destrucción de la fábrica militar de Río Tercero, Córdoba, con la intención de presuntamente borrar pruebas importantes.
El periodista argentino Hernán Dobry contó que, luego de que estallara el caso, el vendedor de armas Israel Lotersztain, de la compañía Isrex, empresa que fue parte de la triangulación entre Argentina, Israel y Perú durante la guerra de las Malvinas, fue al Estado Mayor a reclamarles por su actitud.
“Tú estabas en la guerra, sabes muy bien lo que los peruanos hicieron, ¿cómo le vas a vender armas al enemigo de ellos? Su ayuda es algo que les tendrías que agradecer durante toda tu vida”, le gritó Lotersztain a un oficial, de acuerdo al hombre de prensa. “Así les pagamos, les dimos una señal de desagradecimiento”, concluyó Dobry.