El Museo de Arquitectura Maya Baluarte de la Soledad, ubicado en Campeche, sureste de México, comenzó a exhibir, a partir del segundo fin de semana de diciembre y por tiempo indefinido, una de las piezas más emblemáticas del arte prehispánico: la máscara de jade de Calakmul. Con un incalculable valor histórico y cultural es un testimonio impresionante de la civilización maya que al parecer fue creada entre los años 660 y 750 d.C..
La máscara de jade hallada en Calakmul es considerada una obra de gran valor, perteneció a un individuo de alto rango social, lo que refleja la importancia de la ciudad. Foto: Cambio 22
El museo mexicano se dedica a preservar y promover el legado arquitectónico de la región, y esta exposición temporal resaltando la importancia de Calakmul como un sitio arqueológico fundamental. La reliquia no solo enriquecerá su cultura, sino que atraerá a un público interesado en el arte y la historia de una de las civilizaciones más avanzadas.
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La máscara de jade es una obra maestra que destaca por su precisión en la talla del jade, un material altamente valorado por los mayas, y por su gran significado ritual y simbólico. Calakmul, una de las ciudades más poderosas del mundo maya, fue un centro político y cultural clave durante el periodo clásico.
Fue descubierta en 1994 en una tumba de la zona arqueológica de Calakmul, una antigua ciudad maya ubicada en lo que hoy es el sureste de México, cerca de la frontera con Guatemala. Fue una de las ciudades más poderosas de la región, especialmente durante el periodo clásico (aproximadamente entre el 250 y el 900 d.C.), y se estima que la máscara de jade data de entre 660 y 750 d.C., lo que la sitúa en un periodo de gran auge de esta civilización.
La máscara es una obra de arte prehispánica que se compone de 57 teselas de jade. Foto: Diario Cambio 22
Este hallazgo fue significativo no solo por el valor material de la pieza, sino también porque proporcionó valiosa información sobre las creencias y prácticas funerarias de los mayas, quienes consideraban el jade como un material sagrado, asociado a la inmortalidad y la realeza.
La máscara de jade es un ejemplo impresionante del arte funerario maya. Esta pieza de jadeíta, una variedad especialmente apreciada por los mayas debido a su dureza y color verde, probablemente fue colocada en la tumba de un importante gobernante o figura de alto rango de Calakmul. Los mayas asociaban el jade con la inmortalidad y la conexión con los dioses, y lo utilizaban en una variedad de objetos, especialmente en aquellos relacionados con la muerte y los rituales funerarios.
El jade era el componente esencial de las máscaras funerarias de los soberanos mayas. Foto: El Cronista
La pieza incluye detalles meticulosamente tallados, como los ojos, la nariz y la boca, que representan de manera idealizada las características de la persona a la que se le dedicó. Se cree que la máscara servía no solo como un adorno funerario, sino también como un medio para garantizar que el difunto pudiera continuar su existencia en el más allá, en compañía de los dioses.
Actualmente, la joya de jade de Calakmul sigue siendo un símbolo del esplendor de la cultura maya y un testimonio del gran arte y la ingeniería de esta civilización. A través de su exhibición, como en el caso del Museo de Arquitectura Maya Baluarte de la Soledad en Campeche, se ofrece a los visitantes una oportunidad única para adentrarse en la historia de un pueblo que dejó una huella imborrable en la humanidad.
También es un recordatorio de la relevancia del jade en la cultura maya, no solo como material precioso, sino como un emblema de la conexión espiritual. A través de esta pieza, los mayas buscaban perpetuar su poder en la tierra y asegurar su lugar en el más allá