Al menos 36 personas murieron el miércoles en bombardeos israelíes contra la ciudad milenaria de Palmira, en el centro de Siria, informó el Ministerio de Defensa de ese país.
"El enemigo israelí llevó a cabo un ataque aéreo (...) contra varios edificios de la ciudad de Palmira, en el desierto sirio, matando a 36 personas, hiriendo a más de 50 y causando importantes daños materiales", indicó el ministerio en un comunicado.
Por su parte, el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) informó de "ataques israelíes que apuntaron a tres áreas distintas en Palmira", incluyendo un depósito de armas cercano a la zona industrial.
La ONG reportó un balance de 61 muertos, entre los cuales se encuentran 33 combatientes sirios proiraníes, 22 combatientes no sirios (en su mayoría iraquíes) y cuatro miembros del grupo libanés Hezbolá, además de 50 heridos.
La organización afirmó que uno de los ataques estuvo dirigido contra una reunión de comandantes y grupos proiraníes que operan en Palmira y en el desierto sirio con responsables de Hezbolá y del movimiento iraquí pro-Teherán Al-Nujaba.
La ciudad de Palmira, inscrita en el patrimonio mundial de la Unesco y que alberga templos grecorromanos milenarios, había estado bajo control de los yihadistas del grupo Estado Islámico en el apogeo del conflicto civil sirio, quienes la saquearon, en una de las mayores catástrofes infligidas al patrimonio sirio.
Desde el inicio de la guerra civil en Siria en 2011, Israel llevó a cabo cientos de ataques focalizados en el ejército sirio y grupos apoyados por Teherán.
Estas acciones se intensificaron desde el 23 de septiembre, cuando Israel lanzó una campaña de bombardeos contra posiciones de Hezbolá en Líbano, pero también en Siria.