La formación de Vaca Muerta, reconocida como el cuarto yacimiento más grande del mundo en petróleo de esquisto (shale oil) y el segundo en gas de esquisto (shale gas), está experimentando un crecimiento significativo. Sin embargo, enfrenta un desafío común en la industria petrolera: su localización remota, alejada de los principales centros de consumo.
En un escenario ideal, los grandes yacimientos de hidrocarburos estarían próximos a los centros urbanos y puntos de consumo masivo. Contrario a ello, Vaca Muerta se encuentra en una región desértica, un factor que limita su desarrollo sin inversiones sustanciales. El auge actual de esta reserva no estaba inicialmente en los cálculos de muchos expertos, lo que refuerza la importancia de las estrategias implementadas.
El verdadero potencial de Vaca Muerta se descubrió en 2010, cuando estudios más detallados mostraron que la región albergaba vastas reservas de petróleo y gas no convencional. Foto: BBVA.
En la explotación de petróleo, no basta con la existencia de recursos en el subsuelo. Se requieren, en primer lugar, tecnologías avanzadas para la extracción, las cuales suelen demandar altas inversiones, ya sean públicas o privadas. En segundo lugar, es esencial una ubicación geográfica que permita una exportación eficiente y económica.
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Superar estos retos permitirá que Vaca Muerta alcance niveles de producción que transformen el panorama energético regional e internacional. La clave estará en una combinación de avances tecnológicos, financiación estratégica e inversión en infraestructura logística.
El yacimiento de Vaca Muerta actualmente genera poco más de 400.000 barriles de petróleo diarios, con una proyección de alcanzar 1 millón de barriles por día para 2030. Este objetivo dependerá de la construcción e implementación de oleoductos e infraestructuras esenciales ya planificadas.
Uno de los mayores desafíos de Vaca Muerta no solo radica en su subsuelo, sino también en las plantas de tratamiento de residuos peligrosos ubicadas cerca de Añelo, en Neuquén. Foto: Chequeado.
No obstante, algunos expertos consideran que estas estimaciones lineales podrían quedarse cortas si se tienen en cuenta los avances en la eficiencia y productividad del fracking. Estos progresos tecnológicos, combinados con una infraestructura óptima, podrían elevar la capacidad productiva del yacimiento hasta 2 millones de barriles diarios.
Vaca Muerta se localiza en la cuenca Neuquina, dentro de la región patagónica de Argentina, en la parte meridional del hemisferio sur. Este extenso depósito de petróleo y gas no convencional ocupa principalmente la provincia de Neuquén, aunque también se extiende en menor medida hacia las provincias de Mendoza, Río Negro y La Pampa.
El yacimiento se encuentra en una zona semidesértica y montañosa, alejado de los principales centros de consumo y de las infraestructuras clave para la exportación en Argentina, lo que genera importantes dificultades logísticas para el transporte de sus recursos.
Vaca Muerta consume actualmente 100 millones de litros de agua dulce al mes. Foto: El Diario ARG.
Los oleoductos facilitan el traslado de grandes cantidades de hidrocarburos de manera eficiente y constante, lo que ayuda a reducir los costos de transporte y disminuye la dependencia de métodos más costosos y menos sostenibles, como los camiones o trenes.
El Gobierno argentino de Javier Milei tuvo un encuentro bilateral con Brasil para finalmente firmar un acuerdo sobre el gas producido en Vaca Muerta. Adelantaron que para el 2030 se espera que Argentina se convierta en el principal exportador de gas a Brasil.
El ministro de Minas brasileño, Alexandre Silveira y el titular de Economía de Argentina, Luis Caputo, firmaron el acuerdo en el marco del G20. Foto: Unitel.
Según lo informado por el Gobierno se trataría de 30 millones de metros cúbicos al día que serán exportados a partir del año 2030. El brasileño destacó que el acuerdo «es una demostración inequívoca de que, independientemente de las posiciones políticas, debe haber un diálogo permanente».