La expedición de Cristóbal Colón hacia América, que duró 58 días, constituye un hito histórico al establecer el primer contacto entre Europa y América. En la madrugada del 12 de octubre de 1492, el icónico grito de "¡Tierra!" se escuchó desde la carabela La Pinta, anunciando la llegada a la isla de Guanahaní, hoy parte del archipiélago de las Bahamas. Este acontecimiento, cargado de simbolismo, marcó el inicio de una nueva etapa de intercambio cultural, económico y político entre ambos continentes.
Este momento histórico marcó el descubrimiento de lo que posteriormente sería llamado el "Nuevo Mundo". Sin embargo, Cristóbal Colón no fue el primer navegante en llegar a América, y la idea de que viajó con tres carabelas no es del todo precisa, pese a la versión popularizada con el tiempo.
La expedición de Colón partió del Puerto de Palos el 3 de agosto de 1492. A pesar de las dificultades, Colón utilizó estrategias para minimizar la preocupación de su tripulación durante la larga travesía. Imagen: pintura de Sebastiano del Piombo
Aunque Cristóbal Colón lideró la expedición que marcó el inicio del contacto entre Europa y América, el primer avistamiento de tierra fue realizado por Rodrigo de Triana, cuyo nombre verdadero era Juan Rodríguez Bermejo. Este acontecimiento ocurrió en la madrugada del 11 al 12 de octubre de 1492, tras una larga travesía iniciada en el Puerto de Palos. La isla avistada fue bautizada como San Salvador por Colón, en un acto de gratitud religiosa. Sin embargo, el papel de Rodrigo de Triana ha sido relegado históricamente, quedando su contribución en un segundo plano dentro de los relatos más difundidos de este evento trascendental.
La expedición de Colón comenzó en Islas Canarias el 6 de septiembre de 1492. Foto: Diario Crítico
Rodrigo de Triana, a bordo de la carabela La Pinta, fue quien primero divisó tierra en 1492. Este avistamiento ocurrió tras dos meses y nueve días de travesía desde la partida en el Puerto de Palos.
Contrario a la creencia popular, no todas las naves que Cristóbal Colón empleó en su primer viaje a América eran carabelas. La Santa María, el buque insignia de la expedición, era en realidad una nao, una embarcación de mayor envergadura y porte que las carabelas. Esta nao pertenecía al renombrado cartógrafo y marino Juan de la Cosa.
La composición exacta de la flota que acompañó a Colón en su travesía hacia el Nuevo Mundo ha sido tema de numerosas investigaciones. No obstante, existe un consenso general en torno a la naturaleza de La Pinta y La Niña como carabelas. La Niña, originalmente conocida como Santa Clara, debe su nombre a su propietario. Esta diversidad en el tipo de embarcaciones empleadas evidencia la heterogeneidad de la flota castellana y subraya la importancia de esta expedición en la historia marítima mundial.
El avistamiento de América por Rodrigo de Triana: la historia detrás del descubrimiento. Foto: publicartarchive
La expedición zarpó del Puerto de Palos el 3 de agosto de 1492, con el objetivo de encontrar una nueva ruta hacia Asia navegando hacia el oeste. Sin embargo, el viaje se prolongó por dos meses y nueve días, excediendo ampliamente las expectativas iniciales. Esta demora generó un clima de incertidumbre y tensión creciente entre los tripulantes, quienes comenzaron a manifestar su descontento debido a la falta de resultados visibles y las duras condiciones de navegación en mar abierto.
A pesar de las adversidades enfrentadas durante la travesía, la expedición finalmente avistó tierra el 12 de octubre de 1492. Para contener el nerviosismo entre los marineros, Cristóbal Colón implementó una táctica ingeniosa: llevaba dos registros diferentes de la distancia recorrida. Uno reflejaba las cifras reales, mientras que el otro, con datos reducidos, era compartido con la tripulación.
Cristóbal Colón murió en Valladolid, España, el 20 de mayo de 1506. Pasó sus últimos días en esta ciudad tras regresar de sus viajes al Nuevo Mundo, enfermo y en una situación personal complicada, ya que enfrentaba disputas legales con la Corona española por los derechos y privilegios que le habían sido prometidos en las Capitulaciones de Santa Fe.
Colón fue enterrado inicialmente en Valladolid, pero su cuerpo fue trasladado más tarde a Sevilla y luego al Nuevo Mundo, aunque su lugar de descanso final ha sido objeto de debate y estudios científicos.